El equipo de desarrollo del nuevo modelo de competición ha trabajado durante nueve meses en este proyecto, durante los cuales se han completado cerca de 3.000 km de pruebas en todo tipo de terrenos.
El resultado es un coche que equipa un propulsor Ford atmosférico de 1.998 cc y 4 cilindros, con gestión electrónica de Cosworth, que entrega una potencia de 280 CV a 8.000 rpm y un par de 260 Nm a 6.500 rpm. Esta fuerza se envía al sistema de tracción total a través de un cambio secuencial de 6 velocidades M-Sport/Xtrac, asociado a un embrague AP.
Cuenta con dos especificaciones de frenos, una para tierra, con discos Brembo de 300 mm de diámetro en las cuatro ruedas, y otra para asfalto, en la que los discos delanteros crecen hasta los 355 mm. En todos los casos, las pinzas son igualmente Brembo con 4 pistones.
Los equipos de ruedas son también específicos para cada tipo de terreno, con llantas de 15 pulgadas de aluminio para tierra y otras de magnesio de 18 para las pruebas sobre asfalto, sobre las que se montan neumáticos de 650 mm.
El próximo Rally de Escocia, última prueba del IRC de esta temporada, será verse en directo al nuevo Ford Fiesta S2000, que actuará de coche cero.