Wolfsburg (Alemania)/Herdon, Virginia (EEUU).-Si echamos un ojo a las listas de ventas del Volkswagen Jetta, es fácil ver que, al contrario que el Golf, el segmento de los compactos prefiere otros formatos diferentes a los de las carrocerías de 4 puertas y tres volúmenes.
Sin embargo, Volkswagen recupera una y otra vez la configuración sedán con cada nueva generación de su modelo talismán. ¿Por qué? Pues, sencillamente, porque en mercados como el de los Estados Unidos la salida que tiene este modelo es espectacular.
Al contrario de lo que ha ocurrido en Europa, donde el Golf III con culo se llamó Vento y la generación siguiente fue el Bora, en EEUU nunca ha hecho falta cambiarle el nombre de Jetta. No en vano, allí es actualmente el modelo de Volkswagen más vendido y, de hecho, van a trasladar parte de su producción a la planta de Chattanooga, en Tennessee, para recortar gastos y reducir así el precio del coche en América.
El nuevo Volkswagen Jetta hereda los trazos del concept car NCC que pudimos ver el pasado enero en el Salón de Detroit, de ahí que su carrocería ya no comparta ningún elemento con la su hermano compacto. La marca, con ello, quiere separar claramente ambos productos y dotar a la berlina tricuerpo de una identidad propia más desarrollada.
Respecto al anterior Jetta, la longitud de 4,64 cm es 9 cm mayor, lo que en el interior se ha traducido en una ganancia de 6,7 cm de espacio para las piernas de los ocupantes traseros. Con 96,7 cm de margen, queda claro que las pretensiones del nuevo Jetta van en un sentido diferente al del Golf, con el que no comparte siquiera salpicadero, y se acercan a las del Passat.
La separación de bienes, sin embargo, no llegará a la oferta básica de motores. Desde su lanzamiento, a principios de 2011, se podrá elegir entre cuatro motores, los gasolina 1.2 TSI 105 y 1.4 TSI 160, y los turbodiésel common-rail 1.6 TDI 105 y 2.0 TDI 140. Posteriormente se añadirán el 1.4 TSI 122 y el 2.0 TSI 200, conocido en el Golf GTI. Como viene siendo norma en la casa, todos ellos montan sobrealimentación e inyección directa de combustible.
Por otra parte, excepto la motorización de gasolina más modesta, todos podrán ir equipados con el cambio automático secuencial DSG, de 6 velocidades en los TDI y TSI 200, y de 7 marchas en los TSI de 122 CV y 160 CV.
Tanto el 1.2 TSI como el 1.6 TDI saldrán de fábrica con el paquete BlueMotion Technology, que incluye el sistema Start/Stop y el de recuperación de la energía de frenado, con lo que el primero logra un consumo medio de 5,3 l/100 km y unas emisiones de CO2 de 123 g/km, mientras que el diésel reduce estas cifras hasta los 4,1 l/100 km y 109 g/km.