El Volkswagen CrossBlue es un prototipo de SUV diseñado al gusto norteamericano, mercado al que iría dirigido si finalmente se diera luz verde a su producción. De las impresiones que extraigan durante el Salón del Automóvil de Detroit donde ha sido presentado dependerá en gran medida que este modelo, que la marca ubica a mitad de camino entre el Volkswagen Tiguan y el Volkswagen Touareg, a pesar de que sus 4.978 mm de longitud superan los 4,8 m del todocamino más grande y darían cabida a 7 plazas en la versión de calle.
Lo que la marca ha destacado sin embargo de este concept es el equipo propulsor, confiado a un conjunto de motor TDI Clean Diesel de 190 CV de 4 cilindros, dos motores eléctricos (uno delantero de 54 CV y otro posterior de 116 CV), un cambio automático de doble embrague DSG de 6 velocidades y un sistema de tracción total mediante lo que denominan “árbol de transmisión eléctrico”, que viene a significar ausencia de árbol de transmisión. Se trataría, en consecuencia, de un esquema similar al Hybrid4 que estrenó el Grupo PSA Peugeot–Citroën, pero sensiblemente evolucionado, ya que se trata además de un sistema híbrido enchufable.
Cuando es el TDI el único que lo mueve, el CrossBlue se comporta como un tracción delantera, pero cuando se requiere un extra de potencia, es el motor trasero el encargado de transmitir fuerza suplementaria a las ruedas posteriores. En caso de realizarse conducción fuera del asfalto, un botón en la consola central habilita a voluntad del conductor la tracción total.
Esta combinación motor-transmisión, que cuenta con una batería ión-litio de 9,8 kWh, permitiría al Volkswagen CrossBlue homologar, siguiendo la norma europea R101 ECE para vehículos híbridos, un consumo estimado de 2,1 l/100 km, que sube a los 4,9 l/100 km en ciclo medio estándar. Y ello, con una potencia de 305 CV y un par motor máximo de 700 Nm, que permiten a este prototipo acelerar de 0 a 100 km/h en 7,5 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 204 km/h, limitada a 120 km/h en circulación 100% eléctrica.