Siempre es relativo hablar de medidas ecológicas en un deportivo de 700 CV, pero en esta línea van las principales novedades aplicadas por Lamborghini a su buque insignia, que estrena un stop-start de desarrollo propio y un sistema de desconexión de cilindros.
Para adaptarse a las exigencias del enorme propulsor, en Sant’Agata han considerado acertadamente que era necesario desarrollar un sistema de arranque y parada automáticos completamente nuevo. La energía para arrancar el motor después de una parada procede en este caso de supercapacitadores que permiten disponer del V12 en todo su esplendor en solo 180 milisegundos. Además, los ingenieros han conseguido arañar 3 kg de peso al conjunto, puesto que ahora la batería principal ha de ocuparse solamente de los sistemas eléctricos del deportivo.
La segunda medida de eficiencia que estrena el Aventador es uno de los cada vez más conocidos sistema de desconexión de cilindros, que ahora la matriz Volkswagen se ha propuesto extender en motores pequeños. En el caso del Aventador, a velocidades inferiores a los 135 km/h, el sistema desactiva una bancada entera del motor, de forma que el superdeportivo se convierte en un ‘vulgar’ seis en línea. Lamborghini se ha apresurado a señalar, eso sí, que la mínima insinuación sobre el pedal acelerador es suficiente para disponer de los 700 CV del primero al último.
En Lamborghini también han asegurado que ambos sistemas son virtualmente imperceptibles para el conductor y no suponen ninguna amenaza para la delicada mecánica del deportivo. Por su parte, las cifras de consumo han caído un 7% hasta los 16 l/100 km, y a velocidades sostenidas de 130 km/h la reducción puede llegar incluso al 20%. Más allá, pretender no gastar con un V12 es algo así como una broma.
Estas dos medidas de eficiencia coinciden con leves mejoras a nivel de chasis, con una suspensión optimizada y nuevas llantas de aleación de aluminio.