Contacto Fiat 500 TwinAir Lounge

Prueba realizada por Gabriel Esono

Esto de recuperar unas líneas retro para lanzar un coche vintage le está saliendo bien a las marcas que se han atrevido a hacerlo. Primero fue Volkswagen, que dio la sorpresa con el New Beetle y que ya tiene prácticamente lista su segunda generación.

©Cochesafondo

Luego fueron sus paisanos alemanes de BMW, que con la excusa de ir a buscar segmentos pequeños, compraron los derechos de Mini y se sacaron de la manga uno de los polivalentes más efectivos que se conocen. Y, como por falta de mitos no será, un buen día llegó Fiat y reinventó el 500 dándole unas formas que no pocos confunden con las del original. Bravo.

Aparte del paseo por el túnel del tiempo que se han dado, estos tres modelos tienen algo en común: son coches snob. No son más amplios, ni más eficientes, ni más prácticos que ninguno de sus hipotéticos rivales. En cambio, son bastante más caros. ¿Tiene sentido? Si quieres desmarcarte del resto, por supuesto que sí.

Con las versiones Cooper S del Mini (especialmente con el tratamiento John Cooper Works) y la recuperación de la marca Abarth para los Fiat pequeños, ambos han seguido incluso la senda del peculiar y prestacional New Beetle RSi, con el motor VR6 de 225 CV…

Sin embargo, lo que hoy traemos aquí, gracias a la gentileza de Turiauto, es justo el lado opuesto y, si acaso, más coherente. El motor TwinAir de dos cilindros demuestra que las marcas están por la labor de conseguir propulsores cada vez más eficientes y, en este sentido, Fiat parece haber tomado una cabeza de ventaja.

Hace tiempo que íbamos detrás del motor TwinAir de Fiat. Tras leer el primer comunicado que difundió la marca, hace poco más de un año, en el que hablaba de un bloque de sólo dos cilindros y 900 cc para mover un coche en pleno s. XXI, la primera reacción fue la de arquear la ceja, muestra inequívoca de incredulidad.

Era como si, de repente, en lugar de recrearse en el espíritu del coche que motorizó Italia en los lejanos años ’50, las mentes pensantes de la marca turinesa hubieran sido poseídas por él.

Una lectura más detallada de aquel texto permitía reparar en las promesas que se incorporaban en el nuevo motor. Entre la tecnología MultiAir de gestión electrohidráulica de las válvulas de admisión y el turbocompresor, los 85 CV de potencia ni los 145 Nm de par motor anunciados para la primera variante, la misma que hoy tenemos aquí, ya no parecían tan utópicos.

Al volante, la respuesta es bastante satisfactoria, aunque requiere un tiempo para adaptarse. En primer lugar, porque aún no estamos acostumbrados a que un coche que, a priori podría parecer técnicamente modesto, se nos presente con un botón ECO en el salpicadero, en lugar del CITY que habíamos visto en los Fiat 500 probados anteriormente.

Con esta función activada, hay poco que rascar dinámicamente. Ni haciendo un surco en el piso conseguiremos que el Fiat 500 TwinAir se mueva más allá de lo estrictamente necesario, para que no nos pise los talones el primer autobusero en huelga a la japonesa que nos encontremos. Y es normal, porque la potencia se queda en 78 CV y la fuerza se reduce hasta los 100 Nm, demasiada diferencia como para que no se note.

Como sugiere el nombre de la tecla, se trata de conseguir una cifra de consumos más cercana a lo que la marca ha conseguido homologar, que con el cambio manual de 5 velocidades excede por muy poco los 4 l/100 km. Aunque realmente parece austero, para conseguirlo hay que portarse muy, pero que muy bien.

En la posición normal, todo cambia significativamente. El pedal del acelerador se vuelve mucho más sensible y, como este coche se queda muy por debajo de los 900 kg de peso, los 85 CV se muestran más que suficientes para darse una alegría al cuerpo. Ahora bien, cuando te dejas llevar, podrás demostrarle un par de cosas al autobusero, pero ya puedes olvidarte de la eficiencia.

En ese momento el motor bicilíndrico sorprende porque sube de vueltas con ganas, y lo hace con una suavidad igualmente reseñable. Hay que recordar que las explosiones se reparten en dos cilindros en vez de los tradicionales cuatro, así que además de por el buen rendimiento, a los técnicos de FPT hay que ponerles muy buena nota en el apartado de finura… si llevas la música a tope.

La ausencia de vibraciones se ve acompañada, al ralentí, de un silencio que no sabes si se debe que el Start&Stop está activado o qué. Pero cuando empiezas la marcha, el sonido del motor se convierte en un acompañante más. Es muy peculiar, y hasta puede llegar a gustarte esa extraña melodía, a medio camino entre un diésel y una Ducati Multistrada. Ya me perdonarán los puristas la comparación.

Esta variante del Fiat 500 me ha parecido más equilibrada que el 500C con el motor 1.3 Multijet que habíamos probado. Teniendo en cuenta las aspiraciones del modelo, en su día me extrañó la dureza con que Fiat había tratado las suspensiones del descapotable.

En el Fiat 500 TwinAir tal dureza desaparece y se vuelve una agradable suavidad, sin que por ella se pierdan sensaciones sobre el asfalto. Por tamaño, en cualquier caso, queda claro que el hábitat natural de este coche es el trazado urbano, mejor cuanto más estrecho y adoquinado esté.

En ese ambiente, la posición ECO adquiere todo su sentido, ya que además de actuar sobre el mapa de la electrónica del motor, también deja la dirección más suave.

En todo caso, por muy urbanita que sea, se sigue echando de menos el control de estabilidad de serie. Sabiendo las ventajas que aporta y teniendo en cuenta que tarde o temprano será un sistema de seguridad obligatorio en el automóvil, ¿no sería mejor presumir ahora de que se monta el ESP de serie, en lugar de hacer pagar 490 € por él? Pues parece que en el departamento de marketing de Fiat deben pensar que no.

Una plaza delante para que te acompañe la persona que más quieres y otras dos detrás para castigar a los adultos que no te caen bien. Así se podría definir la habitabilidad del Fiat 500.

En los asientos delanteros el espacio es suficiente, pero sin alardes, ideal para que tu pareja te acaricie la nuca mientras tratas de mostrarle en una noche de primavera donde se encuentra la constelación de Orión.

Al tratarse de un homenaje a un coche de época, se entiende el estilo minimalista de su interior, repleto de detalles retro como las manecillas de las puertas, el salpicadero liso (y en el color de la carrocería) apenas salpicado de botones… En definitiva, lo que viene denominándose una cucada.

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El maletero es donde mayor diferencia se ve respecto al descapotable. Al no tener que reservar espacio para la alojar la capota, ya se puede contar con él, aunque 3,5 metros de coche dan para lo que dan.

Siempre se pueden ampliar sus 185 litros de capacidad plegando los asientos traseros, aunque en Fiat han seguido la corriente de moda de no molestarse en instalar un sistema que permita dejar una superficie plana.

El Fiat 500 es un coche que gusta, y mucho. Aunque está claro que es un coche italiano, aquí tendemos a hacer una asociación con el SEAT 600 que, en cualquier caso, no parece que esté perjudicándole, sino más bien al contrario.

Con el motor TwinAir además, el simpático modelo se las da de eficiente y de ser un coche que encierra la última tecnología. Cuando lleguen las versiones híbridas que se están estudiando será la bomba, pero de momento en este sentido le está ganando la partida a otros modelos de tamaño similar que, como él, cobran un dinero extra por ofrecer alguna característica distintiva.

En el Fiat 500 está claro que lo que lo desmarca es el guiño nostálgico de su carrocería, además de la infinidad de posibilidades de personalización que encierra.

La versión que hemos probado del Fiat 500 TwinAir era la más lujosa, denominada Lounge. En ella se incluyen el volante multifunción de piel, las llantas de aleación de 15 pulgadas, las inserciones cromadas por doquier, retrovisores calefactados o el aire acondicionado, por un precio de tarifa de 15.250 €.