Prueba realizada por Gabriel Esono
Las siglas FR adheridas a la carrocería de cualquier SEAT siempre habían sido sinónimo inequívoco de deportividad. Cierto es que, en las últimas etapas de anteriores generaciones, se tomaba una parte de la distinguida estética de los “Formula Racing” para darles un refresco estético a una carrocería a punto de ser sustituida.
No se puede decir que éste que traemos aquí sea el mismo caso. En esta ocasión, SEAT ha llevado más lejos este concepto y, partiendo de la decoración deportiva de sus GTI, desde la próxima semana podrán solicitarse variantes con motores más racionales que el 2.0 TSI de 210 CV y el 2.0 TDI de 170 CV.
En gasolina, el SEAT León FR estará disponible con el 1.4 TSI de 125 CV y el 1.8 TSI de 160 CV. De este último, daré cumplida cuenta en los siguientes apartados. Respecto a la oferta diésel, la familia deportiva del compacto se incrementa con el 2.0 TDI de 140 CV.
Todos ellos montan de serie cajas de cambios manuales de 6 velocidades y, salvo el 1.4 TSI, se pueden adquirir con el cambio DSG y levas en el volante, que en el caso del 1.8 TSI cuenta con 7 relaciones en lugar de las 6 del resto, lo que conforma un abanico de cinco versiones nuevas respecto a las cuatro ya existentes (los 2.0 también se encuentran con caja manual o DSG).
La intención de SEAT es incrementar el atractivo de su modelo intermedio y mejorar así sus ya buenos resultados de ventas (lidera el segmento de las berlinas compactas en el mercado español, a pesar de contar con sólo una carrocería) cuando aún le quedan un par de años de recorrido comercial.
Así pues, los propulsores más racionales del catálogo del SEAT León tienen acceso a los paragolpes específicos, la doble salida de escape cromada, retrovisores en color plata, los pilotos traseros de LED, las llantas de 17”, así como a detalles interiores como los asientos deportivos, volante y tapicería característicos, etc.
Todo esto, que está muy bien de cara a la galería, no debe dejar pasar por alto un detalle: un FR debía seguir siendo un coche deportivo. Por fortuna, en SEAT lo han entendido así y han provisto a sus nuevas variantes de una suspensión acorde con la denominación. Muelles un 13% más duros delante y un 15% detrás, amortiguadores más rígidos, barra estabilizadora más gruesa y altura rebajada en 14 mm. Es decir, que mantienen el mismo comportamiento que nos ha encandilado cada vez que hemos tenido ocasión de probar un León “radical”.
El aparcamiento estaba lleno de SEAT León FR preparados para pasar un rato entretenido con ellos. Habiendo probado ya las variantes más potentes, intenté ir de profesional y pregunté por los motores disponibles. Cuando el instructor acabó de pronunciar “1.8 TSI con DSG” le pedí que no siguiera y que me entregara de inmediato las llaves. Me había entrado la prisa por conocer algo más de este coche.
En realidad, no era la primera vez que me encontraba con este veterano pero modernizado bloque. Básicamente, se trata del mismo que montaba el Audi A4 que publicamos en 2010, con inyección directa y turbocompresor.
Liberado del lastre que implica una carrocería de cierto nivel de representación, el 1.8 TSI de 160 CV muestra un equilibrio perfecto entre un nivel de prestaciones excelente y un uso razonable. En el León, este motor ofrece sensaciones casi de deportivo, sin serlo realmente, porque frente a sus hermanos mayores, claramente radicales, muestra un talante más civilizado a pesar del altísimo ritmo que permite en cualquier circunstancia.
Súmale a todo esto el cambio DSG, el semiautomático de doble embrague y con 7 velocidades, y ya tienes casi todo lo que se puede desear en un compacto hecho para ser conducido. La rapidez de que hace gala, tanto al subir como al bajar marchas, y lo bien que se acopla a los motores de gasolina, son los culpables de que otras marcas como Ford, BMW, Mercedes-Benz o Renault hayan acabado montando transmisiones de funcionamiento similar, aunque con resultados dispares.
En el caso de este León, la sociedad con el DSG tiene incluso una pequeña repercusión en las prestaciones, ya que acelera de 0 a 100 km/h en 7,8 segundos y alcanza los 1.000 metros en 28,7 segundos (0,1 y 0,2 segundos más rápido que el manual, respectivamente), mientras que la media de consumo oficial se queda en 6,6 l/100 km, 2 décimas menos. Para todo aquel que no sea un conductor muy experto, lo normal es que las diferencias sean bastante mayores a favor del automatismo.
Cualquiera que haya leído alguna de las pruebas anteriores que hemos publicado del SEAT León, sabrá lo mucho que nos gusta su forma de comportarse sobre el asfalto.
Cuenta con uno de los mejores bastidores de su segmento, que para algo lo comparte con el Volkswagen Golf y los Audi A3 y TT, entre otros, pero es que además en Martorell han sabido dotarlo de un toque que hace que, al menos las versiones que han pasado por nuestras manos, haya sido una delicia conducirlas.
La precisión y el tacto de la dirección, la franqueza con la que se apoya el eje delantero, y la gracia con la que el trasero ayuda a redondear las curvas, sean del radio que sean, son tres de sus mejores virtudes y las que nos tienen enamorados.
Las ruedas de medidas 225/45 R 17, el diferencial electrónico XDS y la suspensión específica FR tienen mucho que ver con haber escrito estas impresiones, con la gracia añadida de que no convierten al SEAT León en un coche de reacciones radicales ni de amortiguación incómoda.
La tapicería específica y los asientos delanteros deportivos mejoran claramente la presencia del interior del SEAT León FR, que acoge al conductor y al acompañante de manera impecable.
Lamentablemente, a quien no le guste el diseño de su salpicadero, o la excesiva presencia de plásticos duros, tendrá pocos detalles con los que distraerse. Apenas el volante deportivo, con el logo FR, alegra un poco la vista en un ambiente bien acabado pero excesivamente sobrio.
Aunque el equipamiento de serie incluye gran parte de lo que puede esperarse de un coche de este segmento, como el climatizador bizona, la alarma, volante y pomo del cambio en cuero o regulación en altura de los asientos delanteros, completar el conjunto obliga a rascarse un poco más el bolsillo.
SEAT propone el paquete Technology Plus, que incluye el nuevo navegador SEAT Media System 2.2, los faros bixenón o sensor de aparcamiento delantero y trasero entre otros, que cuesta 1.584,83 euros para todas las motorizaciones excepto el 2.0 TSI, en el que importe sube a los 1.649,38 euros.
Creo que ha quedado claro que, en general, el SEAT León me parece un coche excelente.
Ahora, al ofrecer un comportamiento de primera línea con motores más civilizados, la marca democratiza el principal valor de su modelo estrella, cuyas versiones FR estarán disponibles desde los 18.050 euros del 1.4 TSI, gracias a los descuentos aplicados en la gama.
Versiones | P.V.P. |
SEAT León FR 1.4 TSI 125 CV | 21.050€ |
SEAT León FR 1.8 TSI 160 CV 6 vel. | 22.300€ |
SEAT León FR 1.8 TSI 160 CV 7 vel. DSG | 24.000€ |
SEAT León FR 2.0 TSI 210 CV | 26.600€ |
SEAT León FR 2.0 TSI 210 CV DSG | 28.200€ |
SEAT León FR 2.0 TDI CR 140 CV | 24.400€ |
SEAT León FR 2.0 TDI CR 140 CV DSG 6 vel. | 26.100€ |
SEAT León FR 2.0 TDI CR 170 CV DPF | 27.050€ |
SEAT León FR 2.0 TDI CR 170 CV DPF DSG | 28.700€ |