Gabriel Esono.- Son más bien pocos los fabricantes que apuestan por este tipo de versiones disfrazadas de todoterrenos, pero desde que en 2003 Rover sorprendiera a propios y extraños con el Streetwise, siempre ha habido en el mercado alguna opción de coche de carretera decorado como para ir a la guerra. Para ser justos, los primeros que bucearon en este nicho fueron los chicos de Audi, que instalaron unas evolucionadas suspensiones neumáticas en la carrocería del A6 Avant de segunda generación y lo llamaron Allroad, en inglés, «todocamino».
Con ellas, a los mandos del familiar de lujo se podía variar la altura de la carrocería, de manera que entre eso, la tracción total quattro y los potentes motores que le montaron, se tenía entre las manos un crossover que no necesitaba eufemismos para ser definido. Te podías mover a todo confort por carretera sin sufrir las inercias de un 4×4 y, por otro lado, podías meterlo en pistas más o menos duras sin temer por la integridad de los bajos.
Ahora bien, al tratarse de una marca premium, el Audi Allroad siempre ha sido un coche de tirada limitada, más si cabe teniendo en cuenta lo peculiar de su enfoque y que, además, el precio respecto a los A6 Avant convencionales suele ser sensiblemente superior.
En la actualidad, la gama Allroad de Audi se extiende también al A4, donde hay que pagar aproximadamente entre 1.300 € y 1.500 € extra por la versión campera, diferencia que en la segunda generación del A6 se acerca a los 5.000 € en el caso del 3.0 TDI. La versión más cara es el 4.2 FSI, por cuyo motor V8 cobran 82.540 €.El Saab 9-3X sigue la misma filosofía premium que el Audi A4, con buenos acabados y mecánicas potentes. Su escasa difusión en nuestro país, sin embargo, lo convierte en una rara avis, toda una ventaja si lo que se quiere es ser diferente a todos los demás. Ahora bien, es justo reconocer que el Alfa Romeo Crosswagon, basado en la carrocería del 156 Sportwagon, se adelantó a todos en este segmento.
Pero vayamos al mundo real. Aquí la sorpresa que supuso el Rover Streetwise tuvo poca respuesta directa en el resto de marcas, muchas de las cuales habían detectado el aumento del interés en los coches 4×4.
Ante semejante demanda, muchas se lanzaron al desarrollo de modelos SUV, con carrocería alta y tracción total. La ausencia de reductora, sin embargo, delataba una vocación más asfáltica que de todoterreno puro y duro de estos coches, ya que parece comprobado que son minoría los que se aventuran fuera del alquitranado elemento durante su vida útil.Este tipo de uso mostraba que, en realidad, la cuestión estética tenía un peso muy importante en la decisión de compra. Sin embargo, las grandes dimensiones de los SUV y su elevado precio respecto a los turismos de similares propiedades, los dejaban fuera del alcance de muchos potenciales clientes a los que también les resulta atractiva la estampa campera.
Y ahí Volkswagen estuvo rápida al ser la única que se atrevió a seguir el ejemplo del derivado del Rover 25. El mismo año 2003 la marca alemana se adelantó a todo el mundo con el Polo Fun, una serie especial de su polivalente que en nuestro mercado se denominó Soho y que se distinguía por su estética claramente off road.
En esencia, esto consistía en una carrocería elevada y repleta de aditamentos de plástico negro, barras portaequipajes en el techo y unas enormes llantas de 17″. Tanto gustó la idea que lo que debía ser una tirada limitada a 5.000 unidades se ha convertido en una versión de pleno derecho del pequeño alemán, que pasó a denominarse Cross Polo.Y no sólo eso, sino que después de este primer intento Volkswagen ha creado casi una línea paralela de versiones Cross: el Cross Golf, basado en la carrocería del Golf Plus, y el Cross Touran que, por tener, tenía hasta las ruedas traseras de mayor tamaño que las delanteras. Vamos, que de campo, lo que se dice de campo, este monovolumen tiene más bien poco, ni lo pretende.
Sea como fuere, lo que está claro es que la firma germana ha abarcado todos los segmentos en los que este tipo de coche tenía sentido, mientras que otras marcas han preferido concentrar los riesgos en modelos concretos.
Ford, por ejemplo, ha sido uno de los últimos en dar noticias al respecto y lo ha hecho con un coche que está en la recta final de su vida comercial. El pasado septiembre de 2009 pudimos ver en el Salón del Automóvil de Frankfurt un Focus Sportbreak, el familiar, al que la firma del óvalo ha apodado X-Road. La experiencia no era nueva en Ford, que ya había creado una versión similar de su pequeño monovolumen, el Ford Fusion, denominada Calero.
Peugeot, por su parte, también eligió el formato familiar, pero en un segmento inferior, el de los polivalentes. Así, el 207 SW se convierte en Escalade para los que quieran llegar algo más lejos. Habrá quien le venga a la cabeza el curioso Peugeot 3008, un monovolumen compacto cuyas propociones -y la profusión de molduras oscuras- le acercan la idea mostrada por el Cross Touran.Ahora bien, el monocuerpo francés no es una versión específica, como sí es el alemán. Siguiendo con Peugeot, la firma del león ha apostado por ofrecer versiones de carácter más lúdico en su gama de vehículos comerciales, a las que denomina Tepee. De todas formas, el único que por planteamiento y estética se acerca verdaderamente al concepto campero del que hablo aquí es el Partner Tepee, que cuenta incluso con el sistema de control de tracción Grip Control, que mejora las aptitudes de la Partner en terrenos de adherencia comprometida.
También Citroën, como marca hermana de Peugeot, ha hecho alguna incursión en este nicho de mercado. El anterior C3 XTR se postulaba como único rival directo del Cross Polo, dada su condición de berlina de 5 puertas, mientras que el Berlingo Combi XTR es un clon del Partner Tepee, o viceversa.Entre las marcas galas nos falta Renault, otra marca que se decidió a seguir el modelo que se inventó Rover, pero lo aplicó, como no podía ser de otra manera, a un monovolumen. Fueron pioneros en este sector con un experimento llamado Scénic RX4, que contaba con verdaderas aptitudes todoterreno gracias a su carrocería especialmente elevada y a su tracción total desarrollada por Sachs.
En la segunda generación del popular familiar lanzaron las variantes Conquest, mucho más conservadoras y, probablemente, más ajustadas al gusto y necesidades de la mayor parte de los clientes potenciales. Además, teniendo el Renault Koleos en pleno desarrollo, carecía de sentido volver a repetir la experiencia del Scénic con transmisión 4×4.El representante de SEAT en estas lides es el Altea Freetrack, la versión crossover del Altea XL. De nuevo, las protecciones de plástico negro se combinan con las barras en el techo y las llantas de gran tamaño que, no obstante, no disimulan la altura elevada del casco.
En Martorell, sin embargo, lo están llevando más allá, porque desde el principio este coche se ofrecía con el sistema de tracción total con diferencial electrohidráulico Haldex, asociado a motores potentes, como el 2.0 TSI de 200 CV y el 2.0 TDI de 170 CV. Posteriormente se añadió el 2.0 TDI de 140 CV con tracción delantera, más fiel a la idea original mostrada por Rover, y se ve que ha debido funcionar, porque ahora ya se puede pedir con los motores 1.4 TSI de 125 CV y 1.6 TDI de 105 CV.Si el Audi A6 Allroad es el modelo más lujoso y caro entre los camperos derivados directamente de turismos, el Dacia Sandero Stepway, que tuvimos ocasión de probar, se coloca exactamente en el polo opuesto. La firma low-cost de Renault también ha visto que hay una parcela de mercado por copar y, por poco más de 10.000 €, tienes un coche muy aparente, con suspensiones adaptadas y que, como rezaba el anuncio, hace lo mismo que todos los demás. Eso sí, no se puede decir que lo haga de la misma manera…