Espectacular, excéntrico, showman, rápido, errático o simplemente un notas. La lista de etiquetas se agota cuando se trata de definir al estadounidense Robby Gordon. Ahora bien, si en el Dakar no estuviera este piloto, habría que inventárselo.
HST Gordini de Robby Gordon ©Toyo
La lista de los coches del Dakar 2014 denota que la capacidad de improvisación es un bien muy codiciado en la competición más dura del mundo. Los dos Hummer H3 que el equipo patrocinado por Speed Energy y Toyo Tires había vendido a Yazid Al Rajhi se han quedado en el garaje porque el piloto saudí, que se había comprometido a pagar la estructura necesaria para disputar este año la prueba, está lesionado. Este inconveniente dejó sin coche a Robby Gordon que, otra cosa no, pero iniciativa tiene de sobras.
Partiendo prácticamente de cero, ha desarrollado el HST Gordini que, por supuesto, no tiene nada que ver con la célebre marca francesa que Renault trata de resucitar. Antes al contrario, el nuevo coche de Gordon mantiene el planteamiento de buggy a la americana de que hacían gala los Hummer: tracción trasera, suspensiones blandas y potencia, mucha potencia proveniente, cómo no, de un gran motor V8 atmosférico.
HST Gordini de Robby Gordon ©Robbygordon.com
El bueno de Robby asegura que se le conoce por construir los vehículos off-road más rápidos e innovadores del mundo. Cuestiones de autoestima aparte, lo cierto es que en esta ocasión el HST Gordini es un buggy más pequeño que, por dimensiones y ligereza, tiene más puntos en común con los vehículos que se supone que van a estar delante con regularidad.
Aseguran, incluso, que es tecnológicamente muy avanzado, aunque han recurrido a un gran número de componentes usados en vehículos anteriores por eso de asegurar la fiabilidad en lo posible, ya que solo han podido rodar con el nuevo coche unos 1.500 kilómetros.
Robby Gordon ya ha demostrado que es capaz de ganar etapas (se ha hecho con 7 especiales desde su debut, en el año 2005), de manera que ahora se enfrenta a su asignatura pendiente, que no es otra que atemperar su pilotaje para evitar los fallos –o las polémicas decisiones de los comisarios de la ASO- que al final han acabado retrasándolo.
