Igual que dicen que muchos perros tienen una cara parecida a la de su dueño, se diría que el carácter del Toyota Hilux que Giniel de Villiers y su copiloto alemán Dirk von Zitzewitz tiene un marcado talante diferencial entre los coches del Dakar 2014: la regularidad.
De Villiers, ganador del Dakar en 2009, siempre ha sido un piloto que se ha destacado por la constancia en sus resultados más que por la velocidad, y el Imperial Toyota Hilux parecía hecho a la medida de sus características.
Especialmente duro y robusto, el pick up del equipo surafricano siempre ha adolecido de una velocidad punta más bien escasa que, según lamenta el piloto, en el Dakar 2013 les impidió lograr alguna victoria parcial. Hasta ahora.
En esta ocasión, Toyota Motorsport South Africa se ha dejado de remilgos y ha montado bajo el vano delantero del Imperial Toyota Hilux el motor denominado 2UR-GSE. En otras palabras, se trata de la variante del motor V8 de 4.969 cc conocida por ser la que mueve con gran entusiasmo el Lexus IS-F, que todavía se comercializa en determinados mercados.
Entre sus delicadezas técnicas se encuentran la construcción de bloque y culata en aluminio, 32 válvulas, doble árbol de levas en cada bancada con distribución variable (VVT-i) en las válvulas de admisión (de titanio) y las de escape, así como la inyección directa de gasolina D-4S.
Con ello, no es de extrañar que las modificaciones realizadas hayan sido las justas y necesarias para adaptar el propulsor a su nuevo uso, y se han centrado especialmente en la gestión electrónica y el colector de escape. La potencia máxima se mantiene en 422 CV (no olvidemos que el Lexus IS-F fue uno de los principales rivales del extinto BMW M3 E90). El par motor, en cambio, aunque se reduce respecto al propulsor de serie a poco más de 500 Nm, es el aspecto en el que los responsables del proyecto se muestran más satisfechos. Sobre todo porque la entrega máxima es a bajas vueltas, 2.000 rpm.
Del mismo modo que el Mini All4 Racing, los técnicos de Toyota Motorsport South Africa han reubicado las ruedas de repuesto en la parte inferior del Hilux. Para ello han sido necesarios algunos cambios en el chasis, en el que ahora se han usado materiales compuestos para el compartimento del depósito de gasolina y el piso del habitáculo, para ahorrar peso. Por otra parte, se ha montado suspensión trasera independiente, de forma que es de esperar una mejora global en el comportamiento.
Y también en el confort, porque De Villiers y Von Zitzewitz presionaron lo suyo para que instalaran un sistema de aire acondicionado para hacer más asequible la conducción bajo el calor que se espera en el desierto de Atacama. Ahora falta que los tests realizados hayan sido suficientes para poner a punto un coche que, por falta de presupuesto, dará en Argentina, Bolivia y Chile sus primeros kilómetros en competición.