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El nuevo motor que introduce Mazda es un
2.0 con 143 CV a 3.500rpm y 360 Nm de par. Prácticamente todo el par se encuentra disponible a partir de 1.500 rpm. Esto es posible gracias a un turbocompresor de geometría variable regulado electrónicamente y una compresión del motor relativamente baja. Los inyectores utilizados son especiales para la ocasión. Inyectan el gasoil a 1.800 bares y reducen el consumo hasta los 6 l/100km. La caja de cambios seleccionada para trasmitir la potencia a las ruedas es manual de seis velocidades y proviene del Mazda 3 MPS. El Mazda 3 cuenta de serie con filtro anti partículas, permitiéndole superar la normativa
Euro IV sin problemas. El objetivo de este motor ha sido reducir al máximo los niveles de rumorosidad y sonoridad para un confort de conducción máximo, pero sin privarlo de cierta deportividad.
Debido al aumento de potencia, el chasis también ha sufrido modificaciones. Ha sido reforzado con varios elementos provenientes del Mazda 3 MPS. Los muelles han aumentado en rigidez, la barra estabilizadora es de mayor diámetro y los amortiguadores más rígidos. Los palieres también han tenido que ser sobredimensionados para poder absorber el aumento de par del motor. Los frenos de disco delanteros son ventilados y ahora tienen un diámetro de 300 mm. Los frenos traseros siguen siendo macizos pero aumentan hasta los 280 mm.
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La seguridad y el confort también se han visto levemente mejorados. En el interior del coche encontramos un
sistema de siete altavoces Bose y una mejor insonorización. En el acabado Sportive equipa de serie el control de crucero. Como elementos de seguridad activa dispone de ABS, control de estabilidad, control de tracción y repartidor de frenada. El sistema de seguridad pasiva está compuesto por seis airbags y un nuevo relleno en la columna de dirección que minimiza los daños producidos en caso de accidente.
