A pesar de que en las variantes de acceso (y algunas ya bastante prestacionales) de sus modelos más vendidos BMW ya ha normalizado los bloques tetracilíndricos, la marca alemana sigue reservándose el derecho a mantener el equilibrado esquema de 6 cilindros en línea en algunas de sus variantes más deseadas.
Prácticamente descartada ya la admisión atmosférica en su gama, en esta ocasión la firma bávara ha recurrido a su filial BMW M para desarrollar un motor en el que se montan sin pudor inyección directa de gasolina y la sobrealimentación con dos turbos para obtener de sus 2.979 cc una potencia de 340 CV a 5.900 rpm.
La función ‘overboost’ permite, en momentos de máxima demanda al acelerador, incrementar el par motor máximo de 450 Nm, disponibles entre 1.500 rpm y 4.500 rpm, a 500 Nm, que convierten al BMW Serie 1 M Coupé, al 335is (aunque éste sólo se vendió en EEUU, en carrocería coupé y descapotable) y al Z4 sDrive 35is en modelos de prestaciones sobresalientes, cuando no excesivas (¿Es eso posible? Sí, lo es), pero no lo suficiente como para no encandilar al jurado de los International Engine of the Year Awards.