Mercedes-Benz AMG SLS, 2009 ©Mercedes-Benz
R. E. – Daimler-Benz había participado intensamente del esfuerzo de guerra del III Reich, y al finalizar la II Guerra Mundial sus factorías habían quedado reducidas a escombros.
Hasta 1947 Mercedes no fue capaz de lanzar al mercado el Unimog, su primer vehículo de postguerra. Un año más tarde, la compañía nombró un nuevo comité de dirección, bajo el liderazgo de William Haspel, que consiguió aumentar la producción mensual de Mercedes hasta las 800 unidades, una cifra todavía a años luz de las 12.000 comandas mensuales que se recibían.
Mercedes 300 SLR, en sus dos versiones ©Mercedes-Benz
El principal propósito de Haspel en estos primeros años era que
la empresa no dispersara sus esfuerzos, y descartó inicialmente la vuelta a la competición para centrarse en el desarrollo de varias versiones del vehículo que podía ser más útil a la compañía por aquel entonces, el pequeño 170.
El Mercedes-Benz SLR McLaren Roadster junto al 300 SLRde carreras ©Mercedes-Benz
En 1951, Mercedes lanzó el 220 y
la berlina 300, que se convirtió en el primer símbolo de la renovación de la marca de la estrella después del conflicto. Este primer 300 se equipaba con un nuevo motor de 6 cilindros en línea que tanto tendría que ver con el desarrollo del 300 SL. El Mercedes 300 permitió a la marca recuperar algo del lustre de antes de la guerra, y en realidad sin él el 300 SL jamás hubiera existido.
Un Mercedes-Benz Clase C del DTM junto al 300 SLR que ganó las Mille Miglia de 1955 ©Mercedes-Benz
Las autoridades aliadas que tutelaban la reconstrucción de la Alemania de postguerra no autorizaron hasta 1950 el retorno de Mercedes a las competiciones oficiales.
Mercedes-Benz AMG SLS, 2009 ©Mercedes-Benz
Fritz Nallinger y Rudolf Uhlenhaut, los responsables técnico y de desarrollo de la marca, insistieron desde el primer momento a William Haspel que una
parte importante de la recuperación de la imagen perdida consistía en sacar brillo a la gloria que habían sembrado las flechas plateadas en los circuitos antes de la guerra. Pero había algo más que incitaba al optimismo si finalmente Haspel se convencía:
Alfred Neubauer, el mítico jefe de competición de Mercedes durante los años 30, seguía en la empresa…
Mercedes 300 SL, apuntando al cielo
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