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Madrid.- La tercera generación del SLK de Mercedes-Benz llega con una profunda revisión estética que, además de acentuar sus proporciones de roadster clásico con un largo capó y el habitáculo cerca de las ruedas traseras, acerca el deportivo a grandes referencias de Mercedes-Benz como los nuevos SLS AMG y CLS.
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El SLK también presenta mejoras importantes en eficiencia, con la llegada a la gama de motores de 4 y 6 cilindros del sistema de arranque y parada automático ECO, que se ofrecerá de serie en todas las versiones.
La novedad más destacada por Mercedes-Benz, sin embargo, es la incorporación del nuevo techo retráctil panorámico con Magic Sky Control, que permite oscurecer el cristal pulsando un botón. En su estado claro es prácticamente transparente, mientras que oscurecido, el techo proporciona una grata sombra y evita que el interior se caliente bajo el sol. Además del Magic Sky, el SLK podrá equipar el techo básico del color del vehículo o el techo retráctil panorámico con cristal siempre oscuro.
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El roadster de Mercedes-Benz también llega con importantes mejoras en eficiencia que han permitido reducir en consumo medio en un 25% respecto a sus predecesores con medidas como la incorporación del sistema de parada y arranque automático.
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Los grupos de cuatro cilindros y 1,8 litros del SLK 200 BlueEfficiency y SLK 250 BlueEfficiency desarrollan 184 CV y 204 CV. El primero es el más austero de la gama: equipado con el cambio automático optimizado opcional 7G-Tronic Plus consume una media de 6,1 l/100 km para unas emisiones de CO2 de 142 gr/km.
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El nuevo motor 3.5 V6 del SLK 350 BlueEfficency con inyección directa de gasolina de tercera generación, inyectores piezoeléctricos y encendido por chispas múltiples entrega 306 CV y permite acelerar de 0 a 100 km/h en 5,6 segundos. Su consumo es de 7,1 l/100 km.
También están disponibles para el SLK tres variantes de tren de rodaje: la suspensión mecánica convencional, un tren de rodaje deportivo con muelles y amortiguadores más rígidos, y un tercer paquete dinámico que incluye un tren de rodaje con amortiguación progresiva, la dirección directa y el Torque Vectoring, una suerte de diferencial electrónico que frena la rueda trasera del lado interior para facilitar la inserción del vehículo en la curva.
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