Una mayor adaptación al circuito es lo que se esconde detrás de la nueva variante GT del Mercedes-Benz SLS AMG, un ejemplar que, siempre con permiso del carreras-cliente SLS AMG GT3, se convertirá en la nueva referencia deportiva de la marca de la estrella a partir de octubre de 2012.
Los cambios respecto a la versión estándar del modelo afectan al 6.3 V8, que gana nada menos que 20 CV, al cambio AMG Speedshift DCT7 y a las suspensiones AMG Ride Control, y se aplicarán tanto en la versión coupé como roadster. Los clientes más refinados podrán optar además por el paquete interior AMG designo Exclusive Style.
El aclamado motor de 6,3 litros ha sido ligeramente modificado para alcanzar los 591 CV a 6.800 rpm, 650 Nm de par a 4.750 rpm, y acelerar de 0 a 100 km/h en 3,7 segundos y de 0 a 200 km/h en 11,2 segundos. La respuesta del AMG Speedshift DCT7 al uso de las levas en modo manual M es ahora más espontánea y directa gracias a la optimización del sistema de transmisión, y la función de doble embrague en las reducciones es todavía más acusada que antes.
Pero es en realidad el equipo de suspensiones que se ha llevado la mayor parte de novedades, como ha demostrado Mercedes-Benz colocándole el apelativo ‘Performance’ a esta variante concreta de su conocido AMG Ride Control. Básicamente, el objetivo ha sido mejorar el comportamiento del vehículo en conducción estrictamente deportiva.
El retocado modo ‘Sport’ es el más recomendable para circuitos con superficies onduladas que requieren un mayor recorrido de las suspensiones. Justamente lo que encontraríamos en el Nordschleife. El modo ‘Sport Plus’, por su parte, endurece todavía más la amortiguación para pistas en perfecto estado y tiempos de vuelta apurados a la décima.
El nuevo Mercedes-Benz SLS AMG GT llegará a los clientes el próximo octubre. Los alemanes podrán adquirirlo por 204.680 € en su versión coupé y 213.010 € en su versión roadster.