Menos de tres años ha tardado BMW en renovar el X1, el primer crossover compacto entre las marcas premium, rival del Audi Q3, y que ahora recibe un ligero maquillaje en la carrocería y mejoras menos sutiles en el interior.
Los faros delanteros con luces diurnas de LED en la parte superior y un faldón delantero de nuevo diseño, junto con un protector de bajos posterior más prominente son los que marcan distancias con su predecesor. También se distingue por una nueva colección de colores y de llantas de aleación ligera.
Por dentro, BMW ha puesto el acento en la consola central, que ahora está más orientada al conductor. Nuevos materiales y mandos, así como un volante deportivo opcional de nuevo diseño, son las mejoras que la marca ha amplicado a un modelo que incorpora por primera vez la filosofía de acabados BMW Lines estrenada en el BMW Serie 1, con dos posibilidades a escoger: xLine, más campero, y Sport Line, más enfocado al dinamismo.
La oferta de motores se amplía en su zona central, con el BMW X1 sDrive16d iniciando la escala de potencia con 116 CV y el X1 xDrive28i de 245 CV con tecnología TwinPower Turbo en la zona más alta.
El tope de la gama diésel lo representa el BMW X1 xDrive25d, con 218 CV, mientras que los sDrive20d y xDrive20d estrenan un propulsor más potente, que ahora entrega 184 CV, en lugar de 177 CV.
Ahora, las cajas de cambios cuentan con lubricación por cárter seco y, opcionalmente, todos propulsores podrán equipar la transmisión automática de 8 velocidades con función Auto Start Stop, excepto el BMW X1 sDrive18i (se podrá pedir con cambio automático de 6 marchas), el sDrive 16d y el sDrive20d EfficientDynamics Edition.
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