La marca anuncia, por primera vez, dos propulsores para el SEAT León Cupra. Las dos cuentan con el mismo motor 2.0 TSI, una evolución del bloque ya conocido que, además del consabido turbo, ha sido dotada con doble inyección y distribución variable. Pero mientras una se “contenta” con 265 CV (justo la misma potencia que el antiguo SEAT León Cupra R), la top, la que representa lo más de lo más en prestaciones en la historia de la marca, al menos de momento, entrega a las ruedas delanteras unos muy respetables 280 CV.
El par motor máximo se repite en ambos casos respecto al Cupra R anterior, 350 Nm, pero esta vez la entrega es más constante durante un rango mucho más amplio: 1.750 y 5.300 rpm (antes entre 2.500 y 5.000). Si a ello le sumamos que esta generación del SEAT León Cupra es 55 kg. más ligera que la anterior, no es extraño que la marca se empeñe en señalar que este SEAT León Cupra es el coche más rápido que han construido nunca.
No tanto por velocidad máxima, que como sucedía en su predecesor se ha limitado electrónicamente a 250 km/h, sino por aceleración: 5,7 segundos tarda el más potente en el ejercicio del 0 a 100 km/h, asociado a la carrocería SC (por fin con tres puertas) y el cambio de doble embrague DSG. Es decir, es medio segundo más rápido que el hasta ahora añorado SEAT León Cupra R. Y sí, cambio DSG, otra de las novedades absolutas de este deportivo, que podrá solicitarse tanto con el 2.0 TSI de 265 CV como con el de 280 CV.
Además de las prestaciones, también hay que echarle un ojo a los consumos, que siguen la tónica mostrada por sus hermanos de gama: unas medias homologadas de entre 6,4 y 6,6 l/100 km también representan una sustancial mejora respecto a los 8,1 l/100 km del SEAT León Cupra R.
Al igual que el resto de las versiones altas de la gama León, como el Style o el FR que hemos tenido ocasión de probar, el nuevo Cupra contará con el Drive Profile, que modifica las leyes de actuación electrónica de la dirección, el motor, sonido de escape, suspensión y cambio en los DSG para adecuar la respuesta a las necesidades de conducción. En este sentido, la incorporación del control de chasis adaptativo (DCC o, lo que es lo mismo, amortiguadores de dureza variable) se suma por primera vez a la familia Cupra, en la que ya se conocía el diferencial autoblocante electrónico XDS (una función añadida al control de estabilidad ESP, que frena la rueda interior si pierde tracción al acelerar en una curva).
Las llantas específicas de 18 pulgadas (opcionales de 19), junto a detalles específicos como los orificios del frontal, la doble salida de escape posterior o los anagramas Cupra ponen un cierto aire distintivo en un coche que, probablemente, se distinga menos del resto de la gama de lo que lo hacían sus antecesores. Su discreción es algo menos manifiesta en el interior, donde el volante específico y los asientos deportivos marcan mayores diferencias respecto al resto de la gama.