Toyota es una marca poco proclive a hacer grandes revoluciones en sus modelos. Al revés que Honda con el Civic, su estrategia acostumbra a buscar la mejora de lo ya conocido, en lugar de cambiar de arriba a abajo un coche de una generación para otra.
El Verso es un claro ejemplo de ello. Del anterior toma el concepto y lo optimiza en todos los aspectos susceptibles de mejora. Igual que Renault hizo con el Mégane y el Scénic, separa definitivamente la denominación Corolla y convierte el apelativo Verso en un nombre con entidad propia.
A cambio de tan longevo nombre, estrena una plataforma propia, que le permite ganar enteros en amplitud interior para sus 7 plazas, y también en modularidad. A ello también contribuye el sistema de asientos Easy Flat-7, con el que los asientos de la tercera fila quedan perfectamente enrasados en el suelo del maletero.
La marca japonesa ha aplicado en el nuevo Verso la tecnología que denomina Toyota Optimal Drive, consistente en la reducción de las emisiones de CO2 mediante la aplicación de una serie de tecnologías, como la distribución variable Valvematic en los motores gasolina o el indicador de conducción ecológica, entre otros.
Las motorizaciones disponibles serán dos turbodiésel D-4D 2.0 de 126 CV y otro 2.2 que entrega 150 CV, mientras que en gasolina se podrá elegir entre dos Valvematic de 1.6 y 1.8 litros de cilindrada.