Primera prueba Ford Fiesta
Prueba y opiniones por Gaby Esono
En 1976, Ford inauguraba en Almussafes (Valencia) una nueva fábrica en la que se comenzó a producirse la primera generación del Ford Fiesta. Se trataba de un utilitario de motor y tracción delanteros con los que la firma del óvalo aportaba su visión de lo que habían de ser los utilitarios modernos, unos coches más prácticos, habitables y fáciles de conducir, compitiendo con rivales como el SEAT 127, el Renault 5 o el Volkswagen Polo.
Cuarenta años y ocho generaciones después, la propuesta de partida sigue vigente, pero su presentación es la de un coche de más empaque, que se adelanta un paso –o dos- a lo que uno podría esperar en un modelo del segmento B.
De hecho, esta primera prueba del nuevo Ford Fiesta me ha hecho darme cuenta de que necesito resetearme. Porque no es habitual ver un salto tan grande de una generación a otra como el que me he encontrado con este coche.
Vale que los tiempos avanzan que es una barbaridad, pero una cosa es encontrarte con un sistema de conectividad de última generación (el SYNC3 de Ford), manejable a través de una pantalla táctilde 8 pulgadas (capacitiva la llaman), y otra bien distinta es que un coche urbano y utilitario disponga que equipamientos de confort, seguridad y asistencia a la conducción que, hace nada, estaban reservados a berlinas medias de marcas premium, y de ahí para arriba.
Ford, en realidad, se ha sumado a la corriente que impera hoy en día de democratizar este tipo de dispositivos, pero llama la atención que lo haya hecho en un coche cuyo planteamiento, tal y como yo lo recuerdo, casi siempre había sido más popular –y modesto- de lo que es ahora. Incluso en las antiguas versiones Ghia.
Lo recuerdo así por las pruebas del Ford Fiesta que he firmado en los últimos tiempos (desde el voluntarioso 1.6 de principios de la anterior variante al divertidísimo Ford Fiesta ST de 182 CV), en los que las sensaciones de coche «popular» quedan superadas claramente en esta nueva generación.
El nuevo Ford Fiesta es un coche completamente renovado. Puede que te cueste creerlo dependiendo del ángulo donde lo mires, especialmente el frontal o la silueta lateral, porque en Ford han preferido mantener una línea continuista respecto a su predecesor. Y es que los responsables de la marca comentan que su estética era uno de los aspectos más valorados por los clientes.
También suena conocida la gama de motores, por razones similares: el motor 1.0 Ecoboost gasolina de tres cilindros, ganador un año tras otro de su categoría en los International Engine Awards, mantiene todo su crédito. Se ofrece con 100 CV (en este caso, opcionalmente con caja de cambios automática de 6 velocidades), 125 CV o 140 CV, y copará la mayor parte de las ventas de este modelo (en su segmento, el 73% de las ventas son para los gasolina). Por debajo también hay un gasolina 1.1 de 70 CV u 85 CV a elegir, con el mismo bloque tricilíndrico del Ecoboost pero sin el ‘boost’ (es decir, sin turbo) y con cambio manual de 5 marchas en lugar de la de 6 velocidades de los sobrealimentados.
En cuanto a los diésel, el propulsor 1.5 TDCi, también de tres cilindros, ha sido revisado –mejoras en el sistema de inyección directa common-rail, cámara de combustión rediseñada y carga regenerativa inteligente de la batería- y está disponible con dos niveles de potencia: 85 CV (10 CV más que antes) y 120 CV (con turbo de geometría variable).
El bastidor, por su parte, es un 15% más rígido y cuenta con unas vías aumentadas en 30 mm delante y 10 mm detrás, así como una distancia entre ejes 4 mm más larga. Estas medidas, así como una barra estabilizadora delantera más ligera y rígida, además de la incorporación de un sistema de control de tracción denominado Control Electrónico Vectorial del Par (se frena la rueda interior delantera si comienza a deslizar cuando se acelera fuerte en curva) contribuyen a que el comportamiento del nuevo Ford Fiesta se mantenga como uno de los mejores de su segmento.
Decía en la introducción que si el nuevo Ford Fiesta es todo un salto adelante respecto se debe, fundamentalmente, a la gran aportación tecnológica aplicada en este modelo. Dicen en la marca que se trata del polivalente más avanzado del mundo y bueno, tal vez hayan pecado un poco de optimismo, pero desde luego el nivel de equipamiento de seguridad y confort se encuentra sin duda entre lo mejor que se puede encontrar hoy en día en su segmento.
Y es que todavía no es fácil encontrar hoy en día juntos en un coche de sus dimensiones sistemas como el asistente de precolisión con detector de peatones (mejorado para la ocasión), el asistente para aparcamiento (aparca el vehículo de forma autónoma, también en perpendicular al sentido de la marcha, y actúa sobre los frenos si se prevé una colisión), el reconocimiento de señales de tráfico capaz de discriminar los límites de velocidad específicos para cada carril, las luces de carretera automáticas o el control de crucero adaptativo, que mantiene la distancia con el vehículo precedente, entre otros.
No hay que olvidarse del sistema de infoentretenimiento del Fiesta, que dispone como opción del SYNC3. Esta tercera generación del dispositivo de Ford ha pasado de ser poco más que un manos libres avanzado a integrar funciones de conectividad de última hornada (ahora es compatible con los sistemas Apple Car Play y Android Auto) y se gestiona a través de una pantalla táctil de gran resolución y hasta 8 pulgadas.
Se trata, en definitiva, de funciones más o menos conocidas, pero que hasta ahora siempre las había visto en modelos de segmentos superiores y que durante la toma de contacto con el Ford Fiesta mostraron un funcionamiento más que correcto.
Hoy en día ser una marca premium no es nada fácil. En una época en la que el nivel general de la mayoría de los fabricantes tiende hacia la excelencia, y en la que muchas de las tecnologías son más o menos compartidas, para distinguirse de un fabricante generalista como Ford necesitan recurrir a estrategias de márketing que trascienden el mismo producto que se está vendiendo. Pues ahora ya, ni por esas.
El Ford Fiesta se presenta con cuatro niveles de acabado con ‘personalidades’ bien diferenciadas. No se trata de un truco, sino de una realidad. Desde el Trend al Vignale, pasando por el Titanium y el ST Line, cada ‘Forfi’ ofrece un algo que se puede ajustar a un tipo de público bien distinto.
El ejemplo más representativo sería el del Ford Fiesta Vignale. Este apelativo designa desde hace un par de años a las versiones más distintivas de la firma del óvalo, hasta ahora centradas en el Ford Mondeo, el Ford S-MAX, el Ford Kuga y el Ford Edge Vignale.
En el caso del polivalente, se le ha dotado con una parrilla frontal satinada, detalles cromados y colores exclusivos para la carrocería, llantas de aleación de 18 pulgadas, acabados interiores en piel rematados a mano y tapicería de cuero con motivos hexagonales, entre otros equipamientos específicos. Y todo ello, recibiendo el mismo tratamiento privilegiado en los concesionarios de Ford en los que se ha habilitado un espacio propio para los compradores de estas versiones.
El Fiesta ST-Line, por su parte, le da el toque deportivo que también ha potenciado Ford en los últimos tiempos. Entre las llantas, rejilllas, paragolpes delantero y trasero y los faldones laterales, estas versiones llamarán sin duda la atención de un público más dinámico, que conducirá además un coche con una suspensión rebajada y de tarados más firmes. En el interior se distingue por los asientos deportivos, pedales de aleación y el volante de fondo plano.
Con todo esto bastaría para considerar que la calidad percibida del nuevo Ford Fiesta ha superado muy claramente a la de su antecesor, pero Ford no se ha quedado ahí. Fruto de una colaboración con el especialista en sonido Bang & Olufsen, el Fiesta es el primer modelo de la marca que cuenta con el sistema de audio B&O Play, un equipo de 675 W de potencia y con 10 altavoces, incluido un subwoofer en el maletero, desarrollado específicamente para este coche. Para encontrar algo así en un coche de su segmento, te tienes que ir a que te lo monte un taller especializado.
Estas son las versiones disponibles en el momento de lanzamiento, pero la octava generación del Ford Fiesta contará en 2018 con dos variantes más: el incuestionable ST, que estrena un motor 1.5 EcoBoost de 3 cilindros y 200 CV, y el Ford Fiesta Active, que se distinguirá por su carrocería y equipamiento de aspecto campero.
Motor | Potencia | CO2 | Precios | |
Versiones 3 puertas | ||||
Ford Fiesta Trend | 1.1 Ti-VCT | 70cv | 107 | 15.045 € |
Ford Fiesta ST Line | 1.0 EcoBoost S/S | 100cv | 97 | 17.945 € |
Ford Fiesta ST Line | 1.0 EcoBoost S/S | 140cv | 102 | 19.145 € |
Ford Fiesta ST Line | 1.5 TDCi | 85cv | 90 | 18.545 € |
Versiones 5 puertas | ||||
Ford Fiesta Trend | 1.1 Ti-VCT | 85cv | 107 | 15.895 € |
Ford Fiesta Trend | 1.5 TDCi | 85cv | 93 | 17.495 € |
Ford Fiesta Trend+ | 1.1 Ti-VCT | 85cv | 107 | 16.475 € |
Ford Fiesta Trend+ | 1.0 EcoBoost S/S | 100cv | 97 | 17.475 € |
Ford Fiesta Trend+ | 1.5 TDCi | 85cv | 93 | 18.075 € |
Ford Fiesta Titanium | 1.0 EcoBoost S/S | 100cv | 97 | 18.145 € |
Ford Fiesta Titanium | 1.0 EcoBoost S/S | 100cv | 118 | 19.645 € |
Ford Fiesta Titanium | 1.0 EcoBoost S/S | 125cv | 98 | 18.895 € |
Ford Fiesta Titanium | 1.5 TDCi | 85cv | 93 | 18.745 € |
Ford Fiesta Titanium | 1.5 TDCi | 120cv | 89 | 19.795 € |
Ford Fiesta ST Line | 1.0 EcoBoost S/S | 100cv | 97 | 18.495 € |
Ford Fiesta ST Line | 1.0 EcoBoost S/S | 125cv | 98 | 19.245 € |
Ford Fiesta ST Line | 1.0 EcoBoost S/S | 140cv | 102 | 19.695 € |
Ford Fiesta ST Line | 1.5 TDCi | 85cv | 93 | 19.095 € |
Ford Fiesta ST Line | 1.5 TDCi | 120cv | 89 | 20.145 € |
Ford Fiesta Vignale | 1.0 EcoBoost S/S | 100cv | 97 | 20.495 € |
Ford Fiesta Vignale | 1.0 EcoBoost S/S Aut. | 100cv | 118 | 21.995 € |
Ford Fiesta Vignale | 1.0 EcoBoost S/S | 140cv | 102 | 21.695 € |
Ford Fiesta Vignale | 1.5 TDCi | 85cv | 89 | 21.295 € |