Redacción – Hasta ahora, cada vez que habíamos tocado un smart eléctrico habíamos estado vigilados.
Una vuelta en un corto circuito por las calles de la ciudad minera de Essen, en Alemania, o un recorrido algo más arriesgado, de ida y vuelta, desde las Cuatro Torres hasta Alcalá de Henares.
Pero esta vez ha sido diferente. Solos con el smart electric drive, hemos podido hacer lo que hemos querido por Barcelona. Hemos
ido al aeropuerto, hemos esquivado peatones por el Barrio Gótico y nos hemos comido una paella en Sitges.
Pronto, te contaremos cómo fue la experiencia y si nos gustaría repetirla…