Prueba realizada por Gaby Esono
El Audi A1 Sportback, carrocería de 5 puertas de la gama de acceso a la firma de los cuatro aros, ha sido desde que llegó al mercado la referencia para todo aquel que quisiera tener un coche de categoría premium, tamaño contenido pero no micro y aspecto moderno, sin toda la parafernalia vintage que emana de la familia Mini, su opositor más o menos natural.
Por Cochesafondo ha pasado ya en múltiples formas, con motor diésel resultón (aquí está la prueba del Audi A1 1.4 TDI 105), con motor gasolina prometedor (prueba del Audi A1 1.4 TFSI 122) o bien uno con pretensiones nada disimuladas de GTI (prueba del Audi A1 Sportback 1.4 TFSI 185). Faltaba, pues, la variante que pone el punto de equilibrio necesario en una gama que, en cualquier caso, me ha dejado bien claro que será todo lo premium que quieras, pero sobre todo en Audi han hecho un coche de los que apetece conducir un día sí y otro también.
Esta variante CoD (cylinder-on-demand) del motor 1.4 TFSI de 150 CV del Grupo Volkswagen se desmarca por completo de cualquier otro propulsor que exista en el mercado. Su sistema de desconexión de cilindros permite, en condiciones favorables, que sean sólo dos de los 4 pucheros los que muevan el coche, lo que representa en teoría una reducción de los consumos.
Dicho esto, vamos a ver cómo repercute esto en la conducción de este pequeño y coqueto alemán.
Cada vez que he tenido ocasión de probar alguna de las variantes sofisticadas del motor 1.4 TFSI -la que combina la sobrealimentación con compresor y turbo con la inyección directa de gasolina-, la sensación que me ha dado es que resulta un bloque de lo más resultón.
Apoyado en todas las ocasiones al cambio automático de doble embrague de 7 relaciones S tronic (DSG en el resto de marcas del grupo), tanto en el Audi A1 Sportback de 185 CV como en el Volkswagen Polo GTI o el SEAT Ibiza FR mostró una gran capacidad para subir de vueltas desde medio régimen. En esta ocasión no ha sido diferente, y tanto en una conducción normal como deportiva salen a relucir con ganas sus 150 CV de potencia.
Bien es cierto que eso es lo mínimo que uno podía esperar de un propulsor que, en cualquiera de los modelos y variantes que lo hemos probado, ha hecho gala de un rendimiento fantástico. El asunto es que, en esta ocasión, la gracia consistía en comprobar el funcionamiento del sistema Cylinder on Demand que el Grupo Volkswagen presentó en el Polo y que se va extendiendo al resto de marcas del consorcio.
Cuando uno entra en un Audi A1, se sorprende por cómo la lustrosa y elegante presentación que uno espera en una gran berlina de lujo se combina, con admirable acierto, con un estilo moderno y, no diré desenfadado, pero sí alejado de la sobriedad propia de los modelos de representación.
Otra de las grandes sorpresas (o ya no tanto, después de haber probado el Audi A1 con la carrocería de 3 puertas) es ver cómo, a pesar de sus 3.954 mm de longitud, el Audi A1 Sportback ofrece una habitabilidad magnífica en las plazas delanteras, en los que los asientos delanteros, al menos en las versiones Ambition, te enamoran sea de la talla que seas, y digna en algunas cotas las posteriores, menos en la de altura, en la que a pesar de dar más espacio para las cabezas de sus ocupantes, los de más de 1,80 metros preferirán ir delante. Como todos los demás, por otra parte.
Tampoco es para hacer grandes alardes su maletero, de 270 litros, aunque supera claramente los 160 litros de su gran rival, el Mini, sobre el que además presenta la gran ventaja de ofrecer un doble fondo muy práctico y aprovechable.
Me gusta que siga habiendo innovaciones como el sistema Cylinder on Demand para ahorrar combustible que sean eficaces (los consumos fueron bastante razonables, aunque hay que aprender a sacar provecho de este motor) y que no se note su funcionamiento.
Es la principal diferencia respecto a las otras versiones del Audi A1 que han pasado por Cochesafondo, que una tras otra me han dejado encantado por su comportamiento divertido pero noble, sin el estrés al límite del Mini, y un interior cuya presentación no desentona con el marchamo premium de la firma de Ingolstadt.
Resulta difícil encontrar puntos criticables en uno de los coches más redondos que uno se puede encontrar en el nutrido grupo de los utilitarios. Quizá, por eso de que ocupa un sitio en el nicho más premium de dicho segmento, en lucha contra rivales directos como el Mini 5 puertas e impostados como el DS3 (que además solo se ofrece con carrocería de 3 puertas), se puede decir que la relación precio/tamaño es poco favorable, ya que la habitabilidad trasera, a pesar de su apelativo Sportback.