Prueba realizada por Gaby Esono
Los crossovers están de moda. Me repito, lo sé, de modo que lo siento si eres un lector habitual de Cochesafondo. Pero resulta necesario empezar esta prueba del SEAT León ST X-Perience con una afirmación así, porque le da sentido a una versión peculiar dentro de la gama del fabricante español.
Por concepto, el SEAT León X-Perience es el heredero directo del SEAT Altea Alltrack. Igual que éste derivaba del Altea XL, el nuevo campero de SEAT proviene del León ST, la carrocería familiar del compacto de Martorell. Así pues, aunque SEAT ya tiene experiencia en ponerle un vestido de campo a uno de sus modelos, que lo haya hecho en el León demuestra, una vez más, que se está convirtiendo en una marca de lo más pragmática.
A SEAT le ha costado tres generaciones del León crear un compacto que se adaptara a todos los gustos y necesidades del cliente tipo de este segmento. Este de ahora es el primero que cuenta con más de una carrocería (de hecho, son tres, el SC, el 5 puertas y el ST, o cuatro si se quiere distinguir al X-Perience del familiar). Incorpora motores TDI y TSI del Grupo Volkswagen de última o penúltima generación, desde racionales a claramente prestacionales, así como cajas de cambio manuales y las excelentes automáticas de doble embrague DSG. Y, para rematar, recupera la tracción total, que ahora denomina 4Drive, con la quinta generación del sistema Haldex, aunque solo está disponible con el familiar.
Con todos estos ingredientes, unidos a que la calidad percibida de los interiores ha dejado de ser una asignatura pendiente para ponerse por encima de la media, da la impresión de que la elección o no de este coche tendrá que ver más con cuestiones personales -que te guste, que se ajuste el precio a tu presupuesto, que no tarden en entregártelo, o lo que sea…- que a posibilidades objetivas de elección.
Si quieres mirar a otro lado, entonces encuentras que, en lo que se refierte al SEAT León X-Perience (SEAT le ha quitado conscientemente el apelativo ST), los principales rivales los tiene en su propio grupo: el Volkswagen Golf Alltrack y el ya tradicional Skoda Scout, adaptación campera del Octavia Combi, con los cuales comparte filosofía, plataforma, motores y transmisiones. Y sin embargo, son muy distintos entre sí.
Poco más se puede encontrar en el mercado con esta definición de coche convencional, disfrazado de campero, pero que no está pensado para los que quieren cambiar de profesión y hacerse leñadores, sino más bien para los que con cierta frecuencia tratan de olvidarse del trabajo y sueñan con ir algo más lejos que los demás, pero no demasiado.
Es importante tener en cuenta, cuando conduces un SEAT León X-Perience, que aunque la marca le ha quitado el apelativo ST, se trata de un coche familiar.
Tampoco hay que dejarse engañar por las apariencias: por muy bonito que lo hayan puesto, con esas protecciones de plástico oscuro en el contorno de la carrocería, las llantas específicas de 17 pulgadas (la unidad de pruebas montaba las opcionales de 18 pulgadas, que cuestan 400 €), la suspensión elevada (15 mm respecto al ST) o la tracción total 4Drive, el X-Perience es un coche de carretera.
Comparado con otros León ST, llama la atención que a pesar de los escasos 15 mm, se perciba la diferencia de altura. Dinámicamente sigue siendo un coche de referencia, aunque haya ganado comodidad a costa de la deportividad de las generaciones anteriores.
Sin embargo, pese a que esta versión se sujeta también estupendamente, la física manda y la mayor altura condiciona la sensación de aplomo, sobre todo en curvas rápidas, en las que te da tiempo de notar que el apoyo es algo menos franco que en un FR.
A cambio, el SEAT León X-Perience te regala una cierta tranquilidad si se te ocurre salir del asfalto. Lo cierto es que yo me dejé llevar por las apariencias y, en algún momento, tuve la tentación de meterme en algún berengenal con él (de hecho lo hice, aunque salimos indemnes), pero a poco que empieza a complicarse el terreno te deja bien claro que lo suyo son más las pistas de esquí, en las que el sistema Haldex puede presumir de su eficacia, que los refugios.
En este sentido, SEAT parece haberse querido quedar un poco corta conscientemente. Por una parte, la altura extra no anima a buscar caminos en los que se pierda rueda; y, por la otra, he echado de menos dispositivos de asistencia a la conducción específicos para off-road, como un asistente de descensos o una configuración del ABS adaptada a la tierra. Y digo que se lo han dejado en el tintero a posta porque los neumáticos que monta de serie y los disponibles como opción con la llanta grande (unos eficaces Continental ContiSportContact 3 en medidas 225/45 R 18) están claramente enfocados al asfalto.
Sea como fuere, llegar a un lado u otro no quedará por el motor, el prolífico 2.0 TDI de 184 CV que, unido al siempre excelente cambio DSG de doble embrague y seis velocidades, permite realizar unos cruceros de auténtico AVE sin inmutarse, y hacerlos con unos consumos bastante contenidos (7,1 l/100 km arrojó el ordenador de abordo tras la prueba).
Lástima que la marca insista en unas levas tras el volante demasiado pequeñas. He de decir, no obstante, que el DSG parece que cada vez comulga mejor con los diésel, un aspecto en el que antes resultaba un poco menos satisfactorio que, por ejemplo, el Powershift del Ford C-Max.
El SEAT León X-Perience está concebido como un tope de gama dentro de la familia del León. No por prestaciones, porque de eso ya se encarga el SEAT León Cupra, sino por equipamiento y acabados interiores. Detalles como el volante con el símbolo X-P y tapizado el piel con costura naranja o el motivo X-Perience en los umbrales de las puertas delanteras se combinan con una tapicería específica, aunque la de Alcantara marrón con asientos deportivos opcional (700 euros), es de lo más vistosa…
Por lo demás, el León campero se beneficia del salto de calidad percibida en la gama, en la que tanto los ajustes como especialmente la apariencia de los materiales han mejorado sensiblemente respecto al modelo precedente. La ergonomía, que recordaba muy buena, es ahora mejor gracias a que la pantalla táctil multifunción está colocada en la parte alta del salpicadero.
Sin embargo, aunque se agradece el esfuerzo por desarrollar una aplicación estupenda para acceder a los diferentes sistemas del vehículo, el funcionamiento del navegador (opción por 760 euros) cuando introduces la dirección es bastante lento.
En cualquier caso, la postura de conducción y los asientos delanteros son de libro. Los que vayan detrás también se sentirán a gusto, pues cuentan con mucho espacio.
Mención especial para el maletero. Imagino que debido a la complejidad de las suspensiones y las plataformas actuales, hoy en día casi ningún compacto ofrece una superficie diáfana cuando se pliegan los asientos posteriores. En el caso del León X-Perience (y de todos los León ST, dicho sea de paso), esto se ha solucionado disponiendo dos alturas para el maletero.
Colocado en la posición superior, el piso queda en línea con el respaldo de los asientos, mientras que si se baja se dispone de una mayor volumen para equipaje. Otro detalle muy de agradecer es la ubicación específica para colocar la bandeja del maletero cuando necesitas retirarla.
Me gusta que SEAT sea una más entre los fabricantes europeos. El León X-Perience ofrece un plus que no es tan común en su segmento como podría parecer, y es de hecho un buen representante de lo que ofrece hoy en día la marca.
El coche te podrá gustar más o menos (a mí me gusta mucho), pero nadie le puede negar una muy buena versatilidad, a la que le añade una presentación que igual dentro de unos años nos hace gracia, pero hoy llama la atención del público.
A ello hay que añadirle los gadgets que la marca ha comenzado a incorporar a su gama. El SEAT Drive Profile, que cambia las leyes de funcionamiento del motor, el cambio automático y la dirección; o el regulador de velocidad activo ACC (opción por 380 euros), que mantiene la distancia con el vehículo precedente, son buenos ejemplos de que la marca está en línea con lo que ofrecen los grandes fabricantes.
Un coche con aspecto de campero viste mucho, pero me habría gustado que el SEAT León X-Perience hiciera más honor a su nombre.
Teniendo en cuenta que tiene la base tecnológica para hacerlo, y que otros vehículos similares han ido un poco más allá, me parece que este familiar se ha quedado un poco corto.
No son necesarias unas suspensiones neumáticas que eleven la carrocería ni una reductora, pero sí habría estado bien que se hubiera trabajado la gestión electrónica para adaptarla a diferentes terrenos fuera del asfalto, o que se ofreciera una configuración algo más off-road (neumáticos M+S, suspensión con más altura, bajos más protegidos…).
Claro que, si lo hicieran, ¿qué le quedaría al futuro SUV de SEAT, cuando llegue al mercado en 2016?
El precio del SEAT Léon X-Perience TDI 184 DSG 4Drive es de 31.720 euros. Se trata de su buque insignia (al menos por representación, que de la deportividad ya se encarga el Cupra), que incluye entre sus equipamientos de serie más destacados los asientos deportivos, la tapicería mixta tela/símil piel, volante multifunción, barras en el techo cromadas, control de estabilidad ESC más autoblocante electrónico XDS o 7 airbags.
Esto se puede complementar con el sistema de audio de SEAT con nueve altavoces más subwoofer (250 euros), los eficaces faros full LED (990 euros) o el driving assistance pack (luces de carretera automáticas y asistente de salida involuntaria de carril, por 300 euros), entre otros.