El Rally Barcelona-Sitges 2017: una ventana al pasado

Rally Barcelona-Sitges 2017

La 59 edición del Rally Internacional de Coches de Época Barcelona-Sitges ha servido para comprobar cómo esta prueba está recuperando el esplendor de años pasados. Una organización renovada, en la que se combinan la experiencia y la juventud, está dando como resultado un evento en el que se mantienen buenas tradiciones -como respetar la antigüedad mínima para participar en el rally- a la vez que se modernizan conceptos como su presencia en las redes sociales.

Esta edición 2017 del rally, prolegómeno de la esperada 60ª edición que se celebrará el año que viene, respondía a la costumbre de organizarse el primer fin de semana de marzo (días 4 y 5), justo una semana después del popular Carnaval, una de las fiestas más tradicionales de Sitges, y los participantes correspondieron igualmente vistiéndose con los trajes de época propios de los vehículos en los que iban a disputar la prueba.

Tras haber sido expuestos el sábado 4 de marzo frente al centro comercial L’illa Diagonal de Barcelona, los 81 vehículos inscritos (58 coches anteriores a 1929, 4 fuera de concurso y 18 motos) afrontaron el día siguiente el recorrido que separa la Plaza Sant Jaume de Barcelona y La Fragata de Sitges. A las 10:30 el alcalde de Sitges Miquel Forns y el comisionado de Deportes del Ayuntamiento de Barcelona David Escudé daban inicio a la prueba, en la que el Darracq de 1900, propiedad de Guillem Planas, encabezaba la caravana, esperada por miles de aficionados y curiosos apostados a lo largo de todo el recorrido.

La caravana siguió el trazado tradicional, que les llevaba por calles emblemáticas de la Ciudad Condal como Las Ramblas o el Paralelo, en dirección a L’Hospitalet de Llobregat y después hacia las principales localidades de las comarcas del Baix Llobregat (Cornellà, Sant Boi de Llobregat, Viladecans, Gavà y Castelldefels), antes de afrontar el mítico tramo de la carretera C-246 conocido como las Costas del Garraf.

Sorprende ver el ritmo que son capaces de mantener muchos de los participantes en ese exigente trazado, plagado de curvas y repechos que requieren tener la mecánica de estos vehículos, muchos de ellos centenarios, perfectamente puesta a punto. Entre ellos destacada en esta ocasión el Graham-Paige de 1928 de la familia Zapp. Se trata de una familia nómada, que se ha hecho muy popular porque llevan viajando desde el año 2000 con este coche. Hernán y Candelaria empezaron su aventura en pareja, con la idea de aguantar los seis meses que pensaban que les duraría el dinero, y ahora son padres de cuatro hijos habituados a esta particular forma de vida.

Después de afrontar las Costas del Garraf, el Rally se detuvo en el Port de Sitges-Aiguadolç donde se agruparon los participantes antes de dirigirse a la plaza de La Fragata, punto final de esta edición.