A la espera de lo que haga BMW con los futuros motores diésel que se instalarán el Mini Cooper SD, Renault se destaca del resto con una mecánica que no sólo ofrece más potencia, sino que cuenta con dispositivos que mejoran sustancialmente los consumos y rebajan las emisiones.
Ya no es novedad que un propulsor diésel cuente con inyección directa de combustible mediante common-rail, pero sí lo es que incorpore el Stop & Start, un sistema que se está extendiendo por las gamas de los fabricantes generalistas.
Menos frecuente es, sin embargo, la válvula EGR de baja presión, que envía los gases de escape al intercambiador de calor antes de que vuelvan al sistema de admisión, de forma que se enfrían y permiten una mayor eficacia del turbo.
Otro dispositivo poco común en este tipo de motor es el Energy Smart Management, que bloquea la circulación de líquido refrigerante cuando el motor está frío para alcanzar más rápidamente la temperatura óptima. En este mismo sentido trabaja la bomba de aceite de capacidad variable, que a bajar vueltas incrementa su capacidad, para asegurar un buen nivel de presión en todo el circuito, mientras que a alto régimen disminuye el caudal, con lo que se mejora la estabilidad del flujo del lubricante y, de paso, la energía necesaria para moverla es menor. Una mariposa en el conducto de admisión es, por otra parte, responsable de modificar el «swirl» (efecto remolino) o, lo que es lo mismo, este propulsor cuenta con admisión variable. Con ello, se adecúa la corriente del aire en función de las necesidades de combustión de los cilindros. Estos avances aplicados al nuevo propulsor 1.6 dCi tienen como resultado unos niveles de potencia (130 CV) equivalentes a los del anterior 1.9 dCi, al cual supera además en valores de par máximo, con 320 Nm, en lugar de los 300 Nm que presenta este último. Renault tiene previsto que este motor llegue en primer lugar a los monovolúmenes de la familia Mégane, el Scénic y el Grand Scénic, a partir de la primavera de 2011. Con él, el siete plazas ofrecerá un consumo medio de 4,5 l/100 km, con lo que se situará como el más ahorrador de la gama, con 0,4 l/100 km de ventaja frente al modesto 1.5 dCi de 85 CV y nada menos que 1 l/100 km respecto al 1.9 dCi 130 que sustituirá.Por otra parte, al homologar una cifra de emisiones de 119 g/km de CO2, estará exento del impuesto de matriculación, de modo que su precio de salida debería también más favorable.