Barcelona.- Ford ha partido de la carrocería familiar o Sportbreak de su modelo compacto, el Focus, para crear una versión especialmente pensada para realizar pequeñas excursiones por el campo.
Las modificaciones estéticas siguen la tónica habitual en este tipo de automóviles, como son unos parachoques específicos y molduras protectoras en los pasos de ruedas y en los laterales, a los que acompañan unas prácticas barras portaequipajes longitudinales en el techo.
Estos detalles se complementan con una suspensión elevada, que permite pequeñas incursiones por pistas forestales de fácil acceso. La tracción delantera delata que las ambiciones camperas de este coche no van mucho más allá. Pese a ello, el motor Duratorq TDCi que monta garantiza unas prestaciones suficientes para las pretensiones de esta serie especial.