De forma que cuando uno se tropieza con una nube de gente rodeando un coche rojo de líneas que recuerdan al modelo más deportivo de Audi, el R8, lo que teme es que los chicos alemanes intentan darnos gato por liebre.
Sin embargo, una vez impuestos los codos sobre las costillas de algunos colegas periodistas para alcanzar una posición privilegiada, lo que te encuentras es algo que nada tiene que ver con el perfecto deportivo de la firma de Ingolstadt.
Se trata de un concepto cuya propuesta, aunque hereda los rasgos estilísticos de aquél, es muy diferente, puesto que las altas prestaciones que insinúa la silueta del Audi e-tron se han de conseguir a través del esfuerzo de cuatro motores eléctricos, dos para cada eje o, lo que es lo mismo, uno para cada rueda.
La distribución de la potencia da preponderancia al eje trasero, debido al reparto de masas de este prototipo, con mayor peso detrás. El 70 por ciento que llega a las ruedas posteriores puede variar en caso de deslizamiento, gracias al control centralizado de los cuatro motores. Para conseguir una mayor tracción, los propulsores eléctricos están instalados tras las ruedas, donde transmiten directamente la fuerza tractora.Esto les permite, asimismo, intervenir en la dinámica lateral, de manera que pueden actuar a modo de diferencial electrónico por una parte y de ESP por la otra pero, en vez de reaccionar sobre los frenos, lo hacen directamente mediante el ajuste activo de la potencia para corregir eventuales subvirajes o sobrevirajes.
Los dobles triángulos en el eje delantero y los multibrazo trapezoidales de aluminio posteriores se encargan de mantener las cuatro ruedas perpendiculares al suelo, mientras que una configuración tirando a dura de muelles y amortiguadores aseguran una elevada velocidad de paso por curva.
Una batería de litio-ion, por su parte, es la responsable de que, en conjunto, este aparato disponga de 313 CV de potencia y, atención, un par constante de 4.500 Nm. Es decir, como un camión.
La aceleración en 4,8 segundos para la medición del 0-100 km/h y la recuperación en 4,1 segundos en el 60-120 km/h son otros de sus argumentos, todo ello con una autonomía de aproximadamente 248 km.
La batería, conectada a la red eléctrica doméstica (230 voltios y 16 amperios), se recarga por completo en unas 6-8 horas, que se reducen a 2,5 horas con un voltaje de 400 voltios e intensidad de 63 amperios.
Aunque la fuente principal de recarga es mediante un cable, aparte del ya conocido de regeneración de la energía de frenado, los ingenieros de Audi trabajan en el desarrollo de un sistema mediante inducción.
La velocidad máxima se ha limitado a 200 km/h porque la energía necesaria para alcanzar y mantener esos niveles de rendimiento se incrementa de forma desproporcionada.
Aparte de los 4 motores, hay más detalles que distinguen al Audi e-tron, como el uso de una bomba de calor, por primera vez en un automóvil, para calentar el habitáculo.
Este sistema se distingue de los calentadores suplementarios usados normalmente por la mayor eficiencia con la que realiza su cometido, al usar un trabajo mecánico para proporcionar calor con un mínimo requerimiento de energía.
Como en los aparatos domésticos, también puede enfriar el ambiente si es necesario.