Salón del Automóvil de Frankfurt: Audi R8 Spyder 5.2 FSI quattro

Redacción (Frankfurt).- Y es que aunque las fotos dan una idea de lo atractiva que puede ser la estampa de este roadster, lo cierto es que en directo todavía gana unos cuantos enteros más.

Los ingredientes con los que se ha elaborado esta combinación han sido sencillos de reunir. El motor V10 5.2 FSI, lubricado mediante cárter seco, entrega en el R8 Spyder 525 CV que impulsan los 1.720 kg de su cuerpo de aluminio de 0 a 100 km/h en 4,1 segundos. Y si te empeñas, no para hasta alcanzar los 313 km/h.

La transmisión se confía a una caja de cambios manual u, opcionalmente, al cambio secuencial semiautomático R-Tronic. Ambos cuentan con 6 relaciones y dirigen el par hacia las 4 ruedas mediante el tradicional sistema de tracción integral quattro, propio de Audi. En el caso de R8, cuenta con un diferencial central de acoplamiento viscoso que reparte de forma variable delante y detrás, y trabaja conjuntamente con el diferencial trasero autoblocante.

Para mantener pegado el coche al suelo, el bastidor se ha conformado con suspensiones construidas con dobles triángulos de aluminio en cada rueda, sobre los cuales se ha montado de serie la tecnología de amortiguación variable Audi magnetic ride. Opcionalmente, se pueden montar amortiguadores deportivos convencionales. Los neumáticos, montados sobre llantas de 19″ con diez radios en forma de Y, miden 235/35 delante y 295/30 detrás. Si no tienes suficiente, detrás aún puedes montar 305/30.

La seguridad se confía a un ESP (completamente desconectable) que se apoya en unos discos autoventilados y perforados que se enfrentan a unas pinzas de 8 pistones delante y 4 detrás. Y, como era de suponer, hay una monta de discos carbocerámicos sobredimensionados disponible para quien crea que va a poder agotar los de serie.

A pesar de los múltiples refuerzos repartidos entre el túnel central, los pilares A y B o el piso, entre otras zonas, la carrocería pesa apenas 6 kg más que la versión cerrada de la que deriva. El techo metálico se ha sustituido por una capota de lona que se pliega en 19 segundos gracias a un mecanismo electrohidráulico que funciona incluso con el vehículo en marcha hasta una velocidad de 50 km/h.