Para ello, Dodge ha mostrado en Frankfurt una unidad de la nueva generación de su compacto, cuyo robusto aspecto le da un indudable aire de todoterreno.
El interior se ha mejorado sensiblemente, con la utilización de nuevos materiales, de tacto suave, y mejores ajustes. A ello le añaden una decoración más cuidada, en la que destacan inserciones cromadas.
Se ha incrementado, por otra parte, la cantidad de huecos disponibles para guardar objetos, con un compartimento que la marca llama Chill Zone para refrigerar bebidas.
Se ofrecerá también el Paquete de Diseño Deportivo, que incluye llantas de aluminio brillante de 18″.La novedad más destacada, sin embargo, hay que buscarla bajo el capó.
El anterior motor diésel de origen Volkswagen ha sido sustituido por otro procedente de Mercedes-Benz. La cilindrada es de 2.143 cc, exactamente la misma que la de los propulsores turbodiésel common-rail de cuarta generación del fabricante germano.Las mejoras que ha supuesto este cambio se ponen de manifiesto nada más poner el motor en marcha, puesto que el cambio del anterior sistema por bomba inyector al nuevo conducto común hace que sea más suave y silencioso.
El rendimiento también ha sido mejorado, con una potencia que sube de los 140 CV a los 163 CV y un par máximo de 320 Nm.