Pero no se trata de un simple modelo exclusivo de 1,1 millones de €, ya que menos de 20 afortunados coleccionistas podrán disfrutar de la última joya salida de Sant’Agata Bolognese. Las luces de posición son con sistema LED, la pintura exterior será exclusiva para el modelo y cuenta con un medidor de fuerzas G en el cuadro de mandos entre otros extras.
El chasis tiene varias modificaciones respecto al del Lamborghini Murciélago, modelo del que proviene el Reventón. El peso se ha reducido en 25 kg, llevándolo hasta los 1.690 kg. La tracción sigue siendo a las cuatro ruedas como es tradición en Lamborghini desde que se pusiera a la venta el Diablo. La potencia en condiciones normales se transmite a las ruedas traseras, pero en caso de deslizamiento, la ECU puede llegar a mandar un 35% del par a las ruedas delanteras.
Los neumáticos seleccionados para trasmitir tal cantidad de potencia al asfalto tienen unas medidas de 245/35 delante y 335/30 detrás montadas sobre unas llantas de 18 pulgadas a través de las cuales se refrigeran los espectaculares frenos de disco de carbono de 380 mm de diámetro.
La aerodinámica, como en todos los Lamborghini modernos, está muy trabajada, sin poner un alerón más del necesario. El elemento más destacado es un ala trasera que se despliega a 130 km/h y se retrae cuando se baja de 80 km/h.