Con todo, las soluciones empleadas en el vehículo son inspiradoras: un diseño exterior limpio y aerodinámico que vuelve a las bases de la conducción deportiva, con las últimas tecnologías en materia de seguridad, y una mayor eficiencia en el consumo de combustible gracias a la drástica reducción del peso del vehículo.
La pureza de las líneas exteriores también se encuentra en el interior del habitáculo, desprovisto de cualquier planteamiento estético y con lo único necesario para conducir.
Debajo del capó, monta un motor de cuatro cilindros, 1.8 litros y 126 CV acoplado a la caja de cambios manual de cinco velocidades que equipa la versión de serie del MX-5. Con todo, la afinación del escape proporciona el sonido de un propulsor con mucha mayor cilindrada.