Está capacitado para entregar, puntualmente, una potencia máxima de 102 CV y un par motor de 240 Nm, pero en condiciones normales de uso las cifras se limitan a 61 CV y 150 Nm respectivamente. El eje delantero es el encargado de recibir la fuerza del motor, que le es enviada a través de una transmisión fija.
El paquete de baterías de iones de litio tiene forma de T y está colocado debajo del piso, entre la parte trasera del túnel central y delante del eje posterior. Su capacidad de 12 kWh permite al A1 e-tron circular durante 50 km sin generar emisiones.
Para paliar el inconveniente de la reducida autonomía, propia de los motores eléctricos, los técnicos de Ingolstadt han incorporado en la zona posterior del pequeño prototipo un motor rotativo Wankel que se encarga de recargar la batería cuando ésta se está agotando. Compuesto por un rotor, cubica 254 cc y gira de forma constante a 5.000 rpm.
Su funcionamiento está gestionado de forma electrónica teniendo en cuenta parámetros de navegación, como el perfil del trayecto y del destino. Ahora bien, este propulsor térmico puede activarse y desactivarse a voluntad del conductor y cuenta con un depósito de gasolina de 12 litros que, gracias al consumo de 1,9 l/100 km previsto, permite alargar la autonomía del último e-tron hasta los 200 km, todo ello con unas emisiones de 45 g/km. Si no está funcionando el rotor, entonces el e-tron no contamina en absoluto.
Las prestaciones que es capaz de alcanzar con esta combinación no son nada desdeñables si se tiene en cuenta que está pensado para circular por ciudad. La aceleración de 0 a 100 km/h es en 10,2 segundos, mientras que la velocidad máxima podría superar los 130 km/h, gracias entre otras cosas a la lograda contención del peso del conjunto: 1.190 kg.