El prototipo italiano va más allá y, como su propio nombre indica, se sirve del sexto elemento en la tabla periódica para obtener un material plástico reforzado con fibra de carbono (CFRP), con el cual se ha construido la práctica totalidad de su estructura y el árbol de transmisión.
Además del chasis monocasco, el subchasis delantero, los paneles de la carrocería y las células de protección están hechos con dicho material compuesto, mientras que los componentes principales de la suspensión y las llantas son de fibra de carbono. Los tubos de escape, por su parte, se han formado a partir de Pyrosic, un material vitrocerámico que soporta temperaturas de hasta 900º.
El propulsor del Sesto Elemento es un viejo conocido en la gama de Lamborghini. El V10 a 90º de origen Audi es capaz de desplazar sus 5.204 cc a 8.000 rpm, momento en el que se encuentra su potencia máxima. Algo antes, a 6.500 rpm, entrega su pico de par, situado en los 540 Nm. Para asegurar la longevidad de estos datos, cuenta lubricación por cárter seco, que se encarga de garantizar que el aceite llega a todas las zonas móviles, independientemente de las fuerzas a las que esté sometido. Junto con la transmisión e.gear con levas en el volante y la tracción permanente con diferencial central viscoso, el Lamborghini Sesto Elemento es capaz de alcanzar los 100 km/h desde parado en un tiempo de moto: 2,5 segundos. Para los amantes de las aceleraciones en curva, un diferencial autoblocante trasero no les permitirá mejorar ese registro, pero con seguridad les arrancará bastantes sonrisas.