Renault quiere, con ello, darle un giro más tradicional a su berlina grande, con un comportamiento enfocado al confort y un interior donde se ha perseguido ofrecer una calidad percibida superior a lo que ofrecían hasta ahora. En este sentido, seguramente habrían obtenido mejores resultados si, en conjunto, la impresión visual que transmite su interior fuera diferente a la que se respira en el Laguna.
Incluso el suave tacto de los mandos difiere más bien poco del conocido en la gama media, con la que comparte multitud de interruptores y se diría que también calidad de plásticos. Ahora bien, contar con climatizador automático de tres zonas y doble difusor de fragancia, o con el asiento del conductor con 4 niveles de masaje sí lo colocan en una órbita superior.La gama de motores disponible del Latitude es ya conocida en el Renault Laguna. De las cinco posibilidades disponibles, el único gasolina es el 2.0 (M4R) de cuatro cilindros. Compatible con etanol E85, sus 140 CV lo convierten en una opción modesta frente a algunos de los propulsores diésel, lista que encabeza el V6 dCi (V9X) de 240 CV y 450 Nm de par, estrenado en el Laguna Coupé. El bloque 2.0 dCi (M9R), más racional, da muestras también de una gran flexibilidad, ya que se ofrece en tres niveles de potencia: 110, 150 y 175 CV.
Donde sí se ha dado un salto significativo es en lo que se refiere al diseño del bastidor, que cuenta en el eje trasero con un tren multibrazo, una buena manera de combinar un comportamiento solvente sobre el asfalto con una adecuada absorción de las irregularidades.El Renault Latitude podrá verse por estos lares desde principios de 2011.