El controvertido piloto suizo Romain Grosjean del equipo Lotus apareció en el stand de Renault en el Salón del Automóvil de Barcelona para dar a conocer por vez primera al gran público el Renault Twizy RS F1, llamativa adaptación del pequeño eléctrico de la marca francesa, que ha sido dotado con tecnología de Fórmula 1.
El idilio de Renault con la Fórmula 1, al menos como proveedor de motores, viene de lejos. Esta relación, sin embargo, se muestra algo menos en sus modelos de calle, a pesar de que su gama RS ha sido siempre una de las referencias entre las versiones deportivas de los segmentos más populares.
Por eso chocó un poco que, hace unas semanas, anunciaran el Renault Twizy RS F1. No es que tengan intención de comercializarlo, pero es que desde aquel espectacular Renault Espace F1 que desarrollaron en colaboración con Matra en 1995, no se le conocían a la firma del rombo frivolidades que relacionaran tan directamente su mundo comercial con el de la Fórmula 1.
Asentada ya desde hace alguna que otra década década como fabricante de monovolúmenes, la Régie ha abierto últimamente otros caminos.
Las peculiares formas del Twizy lo han erigido como el representante de toda una generación de vehículos eléctricos que Renault está extendiendo por su gama, con el Zoé como último representante. Si se quería llamar la atención, sin embargo, nada mejor que coger al pequeño biplaza urbano y dotarlo de la tecnología que está haciendo de los monoplazas de Fórmula 1 más rápidos y, tal vez, algo más eficientes.
Partiendo de la base del Renault Twizy 80, cuyo motor eléctrico asíncrono entrega al eje trasero unos discretos 17 CV de potencia, Renault Sport Technologies ha adaptado el sistema Kers proporcionado por Renault Sport F1, baterías incluidas. Con ello se consigue que, durante 14 segundos, la potencia se dispare hasta los 97 CV, lo que permite alcanzar los 100 km/h desde parado en apenas 6 segundos, con una velocidad punta de 110 km/h.
Para poder equipar al Twizy con Kers ha sido necesario renunciar a la plaza posterior, así como realizar diversas adaptaciones al bastidor, aunque lo más llamativo son, lógicamente, los alerones y los neumáticos slick elegidos para dar a este eléctrico «de Fórmula 1», que hacen que a uno le entren ganas de meterlo en un circuito inmediatamente.