A las marcas premium les ha sido relativamente sencillo ampliar su gama hacia nuevos segmentos cuando lo han necesitado. Ha bastado recurrir a plataformas más pequeñas, por ejemplo, sin excesivo peligro de diluir su identidad como fabricante. Para una marca de superlujo como Bentley, sin embargo, es mucho más peliagudo decidir hacia dónde ir una vez explotadas las posibilidades de las variantes coupé y cabrio de sus grandes berlinas.
Detrás de este debate se encuentre probablemente el EXP 9 F, un concept car que anticipa el primer SUV de la firma inglesa y el hipotético tercer modelo de la gama junto al Mulsanne y los Continental GT, GTC y Flying Spur. La gran ventaja para Bentley es que muchos de sus propietarios repartidos por el mundo ya poseen en la actualidad algún SUV, de manera que la mitad del trabajo está hecha.
En detalle, los diseñadores del EXP 9 F han conseguido retener buena parte de la imagen de marca a base de formas exteriores musculosas, incontables detalles interiores (algunos de ellos difícilmente transportables a la producción) y numerosas citas a la historia de la firma británica.
Aunque prototipo mostrado en Ginebra está propulsado por el 6.0 W12 de 600 CV y 800 Nm de par máximo acoplado a una transmisión de 8 velocidades, también podría incorporar el nuevo 4.0 V8 twin-turbo o incluso un sistema híbrido. El conductor puede modificar la entrega de potencia y el comportamiento del vehículo seleccionando uno de los tres modos de conducción disponibles (Comfort, Sport y Off-Road).
El resto, mera especulación. Los responsables de Bentley ya anunciaron en Ginebra que analizarían detenidamente la reacción del público, de la prensa, y muy especialmente de los compradores potenciales, para decidir si algún día existirá una versión de producción del EXP 9 F. Tal y como evoluciona el mercado del lujo, completamente ajeno a cualquier crisis económica, probablemente la haya.