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Se veía entusiasmado al bueno de Ron Dennis en la preparadísima presentación de su última criatura que, a pesar de la falta de tradición histórica en la producción de superdeportivos (ni falta que le hace, habiéndose estrenado hace 20 años con el McLaren F1), está entrando en este segmento como un elefante en una cacharrería, y parece que con la firme intención de quedarse mucho tiempo.
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Junto a Dennis estaba Antony Sheriff, el director general de McLaren, que repitió el mensaje dado tras el anuncio de este lanzamiento: “Nuestra intención no es que sea el más rápido en velocidad máxima absoluta, sino que sea el coche de producción en serie más rápido y efectivo en carretera y en circuito”.
Para saber con qué motor piensan cumplir con esta osada promesa, habrá que esperar a que empiece 2013 (el año del 50 aniversario de McLaren), poco antes de que se admitan pedidos, aunque sí han advertido de una cosa: la relación peso/potencia será inferior a 1,6 kg/CV, que es lo mismo que decir que por cada 1.000 kg de peso, habrá más de 600 CV dispuestos a catapultar su escultural carrocería.
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Pero como no tenemos por costumbre especular, vamos a hablar de aquellos aspectos que sí nos han querido explicar.
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El primero de ellos es el aerodinámico: empiezan hablando de una superficie frontal muy reducida (Cd de 0,34), pero lo que de verdad llamará la atención es el ajuste activo del enorme alerón trasero en dos puntos (300 mm en circuito; 120 mm en carretera), con lo que se genera un ángulo de hasta 29º pensando en potenciar la carga aerodinámica, para cuyo diseño con dos elementos se ha utilizado, huelga decirlo, la metodología y los programas informáticos usados para el McLaren MP4-27 de Fórmula 1.
Ello ha permitido, asimismo, dotar al P1 con el sistema DRS (drag reduction system), para que luego digan que la velocidad punta no era una prioridad. Para el eje delantero se han montado dos alerones bajo la carrocería detrás de las ruedas, que como el ala posterior tienen un control activo que ajusta su inclinación en un rango entre 0 y 60 grados.
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El otro aspecto que se han tomado en serio los ingenieros de McLaren ha sido el de la ligereza del conjunto. De hecho, esa ya era una de las premisas anunciadas cuando la firma de Woking desveló sus intenciones de convertirse en un fabricante “masivo” de coches de calle, de ahí que no sea de extrañar que, al igual que su histórico predecesor, el chasis monocasco del McLaren P1 haya sido construído con fibra de carbono.
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Ese mismo material es el que ha servido para el concepto de estructura de seguridad que la marca denomina MonoCage, evolución de la MonoCell estrenada en los 12C y 12C Spider, de la que se distingue porque su estructura también sirve para guiar el aire hacia el motor a través de las entradas del techo y laterales, con lo que se ahorra el peso de los conductos adicionales.
Por si acaso, todos los curvilíneos paneles de la carrocería son del mismo ligero y rígido material.
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