Sus formas, redondeadas a la par de agresivas, con una larga distancia entre ejes y cortos voladizos, tratan de transmitir elegancia y deportividad a partes iguales.
¿Para qué? Pues sin duda para distinguirse del resto de marcas de lujo.
Incluso el propulsor híbrido montado en este concept muestra un talante desconocido para lo que se espera de un coche eficiente.
Combina un bloque de gasolina de cuatro cilindros y 2,5 litros, que entrega 245 CV, con un motor eléctrico, capaz de funcionar solo, y que incrementa aún más la respuesta del motor de combustión interna.
Todo ello, filtrado por un cambio de variador continuo CVT que entrega la fuerza a las ruedas delanteras.
Infiniti, además, ha aprovechado la coyuntura para dar publicidad a su acuerdo con el equipo Red Bull de Fórmula 1, en virtud del cual podrá verse al vigente campeón del mundo de la especialidad, Sebastian Vettel, y a su compañero Mark Webber conduciendo los vehículos de la marca japonesa.