Probablemente, el SEAT Ibiza Cupster sea lo más parecido a lo que los seguidores de la marca echan de menos en su oferta de modelos. Un SEAT Ibiza biplaza y de techo abierto, pero no como lo hacía todo el mundo hasta hace poco, en formato coupé-cabrio de techo duro, sino con un evocador y bajito parabrisas envolvente.
Es un coche de salón, creado en el Centro de Diseño de SEAT para lucir palmito en el tradicional encuentro GTI (y de tuning) que se celebra junto al lago austríaco de Wörthersee, y de paso para celebrar el 30 aniversario del SEAT Ibiza, pero más de uno agradeceríamos que la marca se atreviera a convertirlo en una realidad comercial.
Mimbres para hacerlo no le faltan, porque la base de partida es el SEAT Ibiza Cupra, del que se mantiene intacto el motor 1.4 TSI de 180 CV de serie, unido como siempre a la caja de cambios DSG de doble embrague y 7 velocidades.
A partir de ahí, se ha creado una carrocería en la que, aparte de lo evidente (es más ancha y baja), se han montado unos asientos de competición tapizados en Alcantara y en posición 70 mm más baja, así como una instrumentación minimalista y un volante de cuero puro de anilina que, dicen, le confiere un tacto muy agradable.