Una de ellas, sin ir más lejos, es la del coche frontal entre dos automóviles, un test que smart utilizó para demostrar la rigidez de la estructura Tridión del fortwo, al que lanzaron ni más ni menos que contra todo un Mercedes-Benz Clase S.
El resultado, según asegura la marca, es que todos los ocupantes habrían podido salir por su propio pie. En el Skoda Superb, por ejemplo, el 98,25% de los puntos de protección para adultos y el 100 % de los niños cumplieron perfectamente su función, mientras que en el Yeti, los resultados fueron del 99,34% y del 93,19% respectivamente.
La rápida actuación de los sistemas de seguridad, como los airbags, que se activaron en 45 milésimas de segundo tras el impacto entre los parachoques, así como la deformación programada de sendas estructuras, han sido en gran medida responsables de los buenos resultados obtenidos por los dos modelos de la firma checa.