Gabriel Esono.- El Rally Ruta de la Seda (Silk Way Rally) podría considerarse una de esas competiciones más bien exóticas y únicas. Del 11 al 18 de septiembre, los 48 inscritos en la prueba han de disputar nada menos que 2.014 km de tramos cronometrados, casi la mitad del recorrido total del trazado que ha marcado la organización.
Desde San Petersburgo hasta Sochi, puerta de entrada al mar Negro, 4.711 serán el total de kilómetros que habrán de afrontar los equipos, con terrenos de lo más diverso. Se ahorran apenas un centenar respecto a la primera edición, disputada en 2009, pero pese a ello están aseguradas las dunas y arena por doquier, los altos picos nevados o las pistas estrechas envueltas de densa vegetación… todo en una misma carrera. De las condiciones climatológicas, tres cuartos de lo mismo, con zonas en las que previsiblemente sufrirán un frío húmedo que se cala en los huesos para pasar, en cuestión de horas, a un intenso y asfixiante calor seco. No está nada mal como antesala del Dakar.Es de prever que el rápido piloto qatarí salga dispuesto a demostrar que él merecía también un «pata negra», lo cual es todo un aliciente para una carrera en la que bien podría repetirse la reñida lucha vivida en Argentina y Chile con su compañero español.
Pero no todo es de color azul y de toros con alas en esta carrera. Hay otro equipo alemán, el Hamburguer Software Rally Team, que tratará de aprovechar cualquier descuido de los de Wolfsburg con el nuevo Buggy-Diesel desarrollado por el francés Philippe Gache y que ha sido encomendado a Matthias Kahle.Christian Lavieille, con el Dessoude Nissan será otro de los candidatos a presionar a los favoritos, siempre y cuando puedan soportar los envites de las hordas de pilotos rusos, nada menos que 23, encabezados por Boris Gadasin, que tras el abandono con su Nissan Pick Up Proto de G-Force en la pasada Baja España-Aragón estará dispuesto a lograr alguna heroicidad en su tierra.
El primer día de competición contará con una especial de 86 kilómetros entre San Petersburgo y Staraya Russa, a disputar en una pista de entrenamiento para tanques. A la estrechez del tramo y a lo bacheado de la pista se le sumará la dificultad de pilotar sobre arena y viendo los árboles de cerca. La dificultad será creciente y las posibilidades de adelantar, más bien escasas.