Los mayores esfuerzos se han dedicado en mejorar la dinámica del vehículo, con un nuevo sistema de suspensiones y unos neumáticos Bridgestone especialmente diseñados para el modelo. Esta combinación ha significado una mejora sustancial de la respuesta a la dirección y un mayor agarre, ya sea en carretera abierta o en circuito.
Pero también el propulsor bóxer de 2.0 litros ha recibido su parte. Las mejoras introducidas en el turbo, la nueva unidad de control y el rediseño del sistema de escape han llevado el propulsor hasta los 320 CV, con un par máximo de 431 Nm. El motor estará asociado a una transmisión manual de seis velocidades.
Por último, también se han llevado a cabo modificaciones en la aerodinámica del vehículo y se han montado unas llantas específicas de 18 pulgadas que esconden unos frenos con pinzas de seis pistones delante y de cuatro pistones en el eje trasero.
Buena parte de la información necesaria para aplicar las mejoras se obtuvo durante la participación de un Impreza WRX STI en las exigentes 24 Horas de Nürburgring disputadas en el Nordschleife, uno de los trazados capaces de condensar en menor espacio la mayor cantidad de variables posible.