El juego delantero, que está bajo el parabrisas, cuenta con un sistema hidráulico que permite elevar el coche 40 mm tocando un botón, para superar pequeños obstáculos. Respecto al posterior, se ha ubicado cerca del motor para optimizar el reparto de masas.
La conexión entre los conjuntos muelle-amortiguador y las ruedas es responsabilidad de unos esquemas de dobles triángulos de aluminio en ambos ejes, que se encargan de transmitir las irregularidades del asfalto a los componentes elásticos.
Esta disposición permite separar por completo la función de la dirección, con asistencia hidráulica Servotronic y tres modos de funcionamiento, de la suspensión, con lo que se mejora la rapidez de respuesta de ambos sistemas. Asimismo, el montaje rígido en el bastidor asegura, por una parte, una mayor precisión y, por la otra autoriza la instalación de muelles menos duros para mejorar el confort sin, según afirma Lamborghini, reducir la eficacia.Además del aluminio forjado con el que se componen las piezas de la suspensión, se hace un uso muy extendido del carbono en gran parte de sus componentes. Si entre la masa suspendida el chasis es básicamente de este material, la masa no suspendida cuenta con unos discos de freno fabricados con un compuesto carbo-cerámico.
Los discos delanteros, ventilados, tienen un diámetro mínimo de 400 mm y son frenados por unas pinzas de seis pistones. Para los traseros, el diámetro se ha limitado a 380 mm, montados entre unas pinzas de freno de cuatro pistones. Un detalle peculiar: el freno de estacionamiento es eléctrico.Y, para acabar de conseguir un comportamiento dinámico mínimamente civilizado, al nuevo Lamborghini V12 le montarán delante unos neumáticos 255/35 R 19 y detrás unos 335/30 R 19.