Son varios los fabricantes de automóviles que están explorando la posibilidad de automatizar los aspectos más repetitivos de la conducción, pero hasta la fecha ninguno había dado el primer paso en firme para delegar a un cerebro informático todo el control del vehículo.
De eso trata el proyecto SARTRE (Safe Road Trains for the Environment), liderado por Ricardo UK Ltd y en el que están implicados además de Volvo las españolas Idiada y Robotiker-Tecnalia, el Institut für Kraftfahrwesen Aachen de Alemania, y el SP Technical Research Institute de Suecia.
El paso definitivo hacia una especie de piloto automático para los automóviles se completó por carreteras españolas. Un convoy formado por un tráiler y tres coches (un Volvo S60, un V60 y un XC60) sin intervención humana cubrió 200 kilómetros por carreteras abiertas al tráfico a una velocidad máxima de 90 km/h y con un máximo de 6 metros de distancia entre vehículos.
Esta tecnología está pensada para ser introducida en autopistas convencionales donde formaciones de vehículos operen entre sí, liberando a sus conductores de toda atención en la carretera.
Las formaciones de vehículos, o trenes de carretera, pueden aportar un plus en seguridad por cuanto estarían lideradas por un conductor profesional con tiempos de respuesta más rápidos que un usuario corriente, además de un beneficio medioambiental evidente, ya que la proximidad de los coches entre sí reduciría drásticamente la resistencia del aire. Los responsables del proyecto SARTRE han calculado que el ahorro de energía podría llegar al 20%. La carretera en sí también podría ser utilizada de forma más eficiente.
El proyecto SARTRE también ha de estudiar los cambios necesarios en las autopistas europeas para que una tecnología de esta naturaleza se convierta en una realidad cotidiana, así como las modificaciones legales que implicarían los coches sin conductor. La próxima parada del proyecto SARTRE se realizará en otoño, con un convoy formado por un camión y cuatro coches sin conductor.