Un nuevo problema arrecia para el gigante japonés, que parece no acabar de librarse nunca de incidentes más o menos llamativos en sus diversas gamas de modelos, tanto en Europa como en Estados Unidos.
En esta ocasión, la explosión de un Prius que prestaba servicio como taxi ha sido la causa de que Toyota vuelva a ser noticia, aunque la marca se ha apresurado a asegurar, a la vista de las imágenes a las que habían tenido acceso, que es “técnicamente imposible que un Toyota Prius de serie y sin modificaciones” explote de la forma que lo ha hecho el taxi de Barcelona.
Y es que, según ha informado Eduard Ràmia, gerente del Institut Metropolità del Taxi (IMET), entidad que regula dicho sector en la capital catalana, el coche siniestrado contaba con una preparación para circular con GLP.
Dicha preparación había sido realizada por el taller Mausan el pasado mes de octubre pero Manolo Otero, responsable del mismo, asegura que había anulado la válvula del regulador que permite el paso del gas al colector de admisión, a la espera de sustituir el indicador de nivel de autogás de este vehículo, que estaba fallando.
Pese a ello, el taxista, de siglas M.C., podría haberlo manipulado para poder seguir utilizando GLP, aspecto este último que está pendiente de investigación por parte de la Conselleria de Empresa y Empleo de la Generalitat a petición del IMET.
En Barcelona hay censados actualmente unos 1.500 taxis híbridos, un 10% de los cuales cuentan con preparación para GLP, siendo ésta la primera ocasión que sucede un incidente similar en Cataluña, aseguran desde el IMET.