Es una de las eternas preguntas cuando se habla de rabiosos deportivos: ¿cúal es el más rápido?
Marcas como BMW y Audi (no nos olvidamos de los AMG de Mercedes-Benz, por supuesto) se afanan en desarrollar motores cada vez más potentes, coches más ligeros y bastidores más afinados, todo ello envuelto en un ambiente de lujo y exclusividad. Y todo ello, ¿para qué?
Pues, básicamente, para que sus propietarios puedan tener largas discusiones sobre qué es mejor, si asegurarse un par de décimas de ventaja en el 0 a 100, o acostarse orgulloso por haber sabido dominar más de 400 CV.
La tracción total quattro del Audi RS5 debería ser definitiva contra el poderío del eje trasero del BMW M3, que cuenta con el valiosísimo motor 4.0 V8 y la transmisión DKG como grandes argumentos.
Según confirman en el vídeo, los 420 CV del coupé de
Múnich no pueden con el V8 de su paisano bávaro, que hace buenos los 450 CV del 4.2 FSI aun teniendo que arrastrar 50 kg de más.
Sí, el Audi RS5 es un poco más rápido en circuito pero, cuando uno ve las imágenes del vídeo, se hace rápidamente a la idea de con cuál se lo pasa uno realmente de rechupete.