Nürburg (Alemania).- ¿Qué padre orgulloso no se presta a posar junto a la última y más prometedora de sus criaturas? Así lo ha hecho el argentino Horacio Pagani, fundador de una de las marcas automovilísticas más fascinantes del momento.
La última creación de la firma de Módena (otra población evocadora, sin duda) se llama Zonda R y, en este caso, te podemos asegurar que el cambio de la F por esa R no ha tenido nada de frívolo.
Los 200 kg de ahorro frente a la versión original transforman al lujoso hiperdeportivo en una máquina de lo más eficaz, incluso en uno de los circuitos más amados y odiados del mundo, como es el de Nürburgring.
Chasis de carbono y titanio, suspensiones aligeradas, un centro de gravedad más bajo, inercias reducidas y fuerza ascensional reducida, son los argumentos con los que su creador ha decidido que debía dotarlo para lograr su nuevo reto: hacer los 20,83 km del Nordschleife en 6 minutos y 47 segundos. Ya tenemos otro récord.
La colaboración de Pagani con sus proveedores también se ha revelado como un punto fundamental para hacer de su último aparato una máquina temida. Entre el artesanal V16 de 6 litros, gestado con mimo por Mercedes-Benz y AMG (¿Son suficientes 750 CV para 1.070 kg en seco? Se diría que sí…) y los neumáticos P Zero Slick (255/35 R 19 delante, 335/30 R 20 detrás) que Pirelli ha desarrollado especialmente para este coche, sólo faltaba una caja de cambios a la altura de los requerimientos.
La Xtrac 672, secuencial de 6 marchas envuelta en una carcasa de magnesio parece que cumple con creces.
Brembo pone la guinda, con un disco de freno ventilado de 380 mm de diámetro para cada una de las cuatro ruedas que, para los amantes de las pasadas de frenada, están vigilados de cerca por un sistema antibloqueo ABS de Bosch.