La evidente mejora que están experimentando los motores de combustión interna no oculta, sin embargo, una realidad muy viva durante décadas: nuestra movilidad, colectiva o individual, depende en gran medida del petróleo. Vestido de preocupación ambiental, lo cierto es que en los últimos tiempos nuestros gobernantes han puesto el foco en el automóvil, obligando a los constructores a cumplir una serie de requisitos con el ánimo de que, en un futuro a largo plazo, los desplazamientos quemando gasolina (o gasóleo) sean menos que los de cero emisiones.
Como sea que el objetivo a día de hoy se plantea aún muy lejano, organismos como la Comisión Europea tratan de incentivar el desarrollo de los sistemas de propulsión considerados limpios para conocer sus posibilidades en comparación con los convencionales.
A finales de 2012, Applus+ Idiada se adjudicó un concurso cofinanciado por dicha entidad, en el que había que desarrollar un automóvil de prestaciones deportivas impulsado por energía eléctrica.
Dicho y hecho, en apenas cuatro meses el equipo de la empresa de servicios de ingeniería para el automóvil con base en L’Albornar (Tarragona), ha creado partiendo de cero un prototipo, al que han bautizado como Volar-e, que cumple con una serie de requisitos, entre los que destacan los siguientes: 1.000 CV de potencia y 1.000 Nm de par motor y carga rápida de las baterías en 15 minutos.
El resultado es un superdeportivo equipado con un sistema de 4 motores (uno por rueda, lo que lo convierte en un coche con tracción total) denominado iTORQ, propio de Applus+ Idiada. A pesar de estar dotado con un chasis tubular de CR-Mo acero, oculto bajo una afilada carrocería de fibra de carbono de 4.252 mm de longitud, 1.882 mm de anchura y 1.089 mm de altura, el peso del Volar-e asciende hasta los 1.700 kg.
Ello, no obstante, no le impide declarar una velocidad máxima de 300 km/h, a la que es de capaz de llegar en apenas 14 segundos, 6 segundos después de haber alcanzado los 200 km/h, aunque la autonomía de la batería, estimada en unos 180 km, sigue siendo una de las asignaturas pendientes de este tipo de vehículos. De la capacidad de frenada se encargan unos discos carbono-cerámicos en ambos ejes.
Antonio Zanini, excampeón nacional y europeo de rallies, fue el encargado de pilotar el Volar-e en su presentación oficial, realizada en un pequeño trazado habilitado en la zona del helipuerto del Circuit de Catalunya, en un día lluvioso que no permitió mostrar toda la capacidad del vehículo que, en cualquier caso, tampoco iba a exponerse en exceso al tratarse de una única unidad. Zanini, sin embargo, ya había tenido ocasión de probarlo en el circuito «de verdad», donde le sorprendió, según dijo, la confianza que transmite este concepto desde los primeros metros.
Hay que tener en cuenta que se trata de un ejemplar que sirve de escaparate rodante para demostrar lo que se puede hacer con la energía eléctrica si se ponen los medios para ello pero, a pesar del nombre del proyecto (Promotion of Electric Vehicles Technologies; Complete construction of an electric car designed for competition), no está en la mente de ninguna de las partes implicadas comercializar el Volar-e ni disputar con él ninguna competición.
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