Sin duda, la actividad con mayor descarga de adrenalina es la serie de tandas al circuito de velocidad. Volkswagen pone a disposición de los conductores varias unidades del Scirocco R y Golf R, las versiones más potentes de ambos modelos, bien con el cambio manual o con el fantástico DSG.
Siempre acompañados por monitores profesionales, tienen ocasión de rodar al límite de sus posibilidades y de las del coche, con lo que pueden aprender a conocer sus reacciones en condiciones de gran seguridad y fuera del alcance de los radares.
Además, con pocas indicaciones, los instructores ayudan a mejorar sustancialmente las dotes de conducción de los usuarios, como la postura y la posición de las manos al volante, cómo trazar las curvas, etc.
Otro de los ejercicios que ponen a prueba la pericia de los asistentes es el que tenía al nuevo Volkswagen Polo GTI como protagonista. Con los 180 CV de su motor 1.4 TSI de inyección directa con turbo y compresor, más el cambio DSG de 7 velocidades, el reto consistía en abordar un ratonero circuito a la mayor velocidad posible pero sin tumbar ninguno de los conos que lo formaban. Una vez más, los monitores del ejercicio daban útiles indicaciones que ayudaban a mejorar la eficacia en la conducción.
Más enfocada a la seguridad, la prueba de frenada asimétrica permite comprobar la eficacia de los sistemas de seguridad activa del nuevo Volkswagen Sharan. Dos unidades del monovolumen, una de ellas con los controles desactivados por los ingenieros de la marca, servían para tomar conciencia la ayuda que proporcionan dispositivos como el ESP, el BAS o el ESP a la hora de realizar una frenada de emergencia en una situación crítica.
Una de las tecnologías a las que Volkswagen está dando mayor repercusión es la del Park Assist, un dispositivo que estaciona el vehículo sin apenas intervención del conductor.
Estrenado en la anterior generación del Volkswagen Touran, la marca alemana ha mejorado el sistema, que ahora requiere mucho menos espacio para aparcar en línea, y ahora además es capaz de estacionar en batería, tal y como se puede comprobar con el nuevo Volkswagen Passat.Posteriormente, se pasa a una zona de pistas sin asfaltar, donde esperan varias unidades del Volkswagen Tiguan y el nuevo Volkswagen Touareg. El modelo pequeño, a pesar de ser un todocamino, demuestra ciertas aptitudes todoterreno optizadas gracias a la ayuda de la electrónica.
La tecla Off-Road, por ejemplo, activa el control de descensos a la vez que cambia gestión electrónica del acelerador y los sistemas de control de tracción y estabilidad. De esa forma, la conducción en el campo es más suave, a la vez que se anticipa a los frecuentes deslizamientos que se suceden en terreno resbaladizo.
En el caso del Volkswagen Touareg, el recorrido era mucho más exigente. Bien asesorados por los especialistas, los conductores pueden poner a prueba no sólo la elaborada tracción 4×4 (bastante eficaz a pesar de que nuestra unidad no contaba con reductora ni bloqueo de diferencial), sino que también pueden comprobar las ventajas de la suspensión neumática, que permite variar la dureza de la amortiguación y la altura de la carrocería para adaptarse al terreno por el que circula.